Los accesos a la Ciudad de México muestran un panorama preocupante para conductores y peatones. Entre el tránsito pesado, camiones de carga y miles de autos diarios, las calles y carreteras se han convertido en un tablero agrietado, con baches que van de pequeños a profundos, parches mal colocados y registros sin tapa que representan un riesgo constante.
En recorridos recientes por los límites de Iztapalapa, La Paz, Nezahualcóyotl, la autopista México-Puebla y la carretera federal México-Texcoco, se constató que el pavimento dañado dificulta la movilidad, provoca ponchaduras y aumenta la probabilidad de accidentes.
Testimonios de conductores
Gustavo Martínez, chofer con 30 años de experiencia en el paradero de Santa Martha, relató un accidente fatal: “Hace dos meses, una motociclista cayó en un bache y fue arrollada por un tráiler; su hija quedó gravemente herida”.
Beatriz Urbano, viajera frecuente a Puebla, recordó que un tráiler “se pasó a llevar cuatro carros” debido al mal estado de la autopista, evidenciando el peligro que representa el deterioro de las vialidades para la seguridad vial.
Puntos críticos y riesgo para peatones
En los límites de la capital y La Paz, se registraron 32 baches en menos de 20 metros. Vehículos provenientes de Texcoco sufrieron ponchaduras, y en el paradero de Indios Verdes, los conductores deben maniobrar para esquivar hoyos que ponen en riesgo tanto a peatones como a pasajeros de transporte público.
En el sur de la ciudad, arterias como El Caminero en Tlalpan muestran un panorama similar. Camiones de carga y pipas circulan a alta velocidad mientras sortean baches y carpeta asfáltica levantada, aumentando la posibilidad de accidentes.
Uno de los puntos más peligrosos se encuentra en la intersección con San Fernando y Viaducto Tlalpan, donde vehículos sobrepasan la velocidad permitida de 50 km/h y los baches complican la conducción de forma constante.
Estado de otras vialidades
La salida hacia la carretera México-Toluca, en el poniente, presenta mejor condición del pavimento, con baches contados y coladeras hundidas. Sin embargo, la alta afluencia de autobuses, camiones de carga y tráileres obliga a los conductores a circular a baja velocidad, lo que genera congestión y estrés vial.
La presencia de trabajadores de limpieza y mantenimiento también implica cierres parciales, obligando a los automovilistas a maniobrar cuidadosamente para evitar accidentes.
Consecuencias y recomendaciones
El mal estado de las vías no solo genera accidentes, sino también ponchaduras frecuentes, daños mecánicos y riesgos para la seguridad de peatones y pasajeros. Expertos recomiendan:
- Mantener distancia con vehículos de carga pesada.
- Evitar maniobras bruscas sobre baches profundos.
- Señalizar zonas peligrosas en coordinación con autoridades.
- Verificar la presión y estado de las llantas regularmente.


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