Los parásitos intestinales siguen siendo uno de los problemas de salud más persistentes en el mundo, afectando tanto a niños como a adultos. Estas infecciones, conocidas como parasitosis intestinal, suelen originarse por la ingesta de alimentos o agua contaminados, según especialistas del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Sus efectos pueden ser graves, incluyendo anemia, bajo peso, malnutrición y retraso en el crecimiento, además de afectar el rendimiento escolar y las actividades diarias de los más pequeños.
Los parásitos más frecuentes y sus síntomas
Entre los parásitos intestinales más comunes destacan el áscaris o lombriz, y la taenia solium, conocida como solitaria. Ambos se alojan en el intestino y pueden provocar dolor abdominal, pérdida de peso, flatulencias y cefalea.
La solitaria tiene un ciclo más complejo: produce huevos llamados cisticercos que pueden alojarse en músculos, ojos y cerebro, causando la cisticercosis, una enfermedad que requiere atención médica inmediata.
En algunas zonas rurales y tropicales también se presenta la uncinariasis, un parásito que penetra la piel a través de los pies o manos al caminar descalzo en suelos húmedos o arenosos.
Aunque algunos casos pueden ser asintomáticos, otros presentan palidez, diarrea o malestar general, e incluso pueden requerir intervención quirúrgica en complicaciones graves. El áscaris, por su parte, es endémico en varias regiones y su control depende de la mejora de las condiciones sociales y de higiene.
Prevención y cuidados esenciales
La clave para prevenir la parasitosis intestinal está en la higiene personal y la manipulación segura de alimentos. Lavarse las manos después de usar el baño y antes de comer, hervir el agua durante al menos un minuto, evitar frutas y verduras crudas sin lavar y no consumir carne cruda son medidas fundamentales.
También se recomienda usar calzado cerrado en áreas con tierra húmeda o arena para prevenir la uncinariasis. Con hábitos higiénicos adecuados y atención médica oportuna, estas infecciones pueden prevenirse y controlarse, protegiendo la salud de toda la familia.
