México enfrenta un fenómeno inusual: las remesas llevan seis meses consecutivos a la baja, según datos recientes del Banco de México (Banxico). Sin embargo, no todo el país sufre por igual. Un nuevo informe de BBVA México revela que estados del sur como Chiapas, Oaxaca y Puebla están desafiando la tendencia nacional y registran un crecimiento sostenido en el envío de dinero desde Estados Unidos.
Una caída nacional con excepciones regionales
En septiembre de 2025, México recibió 5,214 millones de dólares en remesas, una baja del 2.7% respecto al año anterior. De enero a septiembre, el flujo acumulado cayó 5.5%, lo que representa la primera contracción importante en más de una década.
Pero detrás de esta cifra global se esconde otra historia: el corazón migrante del sur resiste. BBVA detalla que Chiapas aumentó su flujo de remesas en 1.2%, Oaxaca en 2%, Puebla en 1.9%, Guerrero en 4.2%, Veracruz en 0.9% y Morelos en 1.2%.
El poder de las nuevas generaciones migrantes
Según el análisis de BBVA, estos aumentos podrían deberse a que las diásporas migrantes más jóvenes de estas regiones “no se han visto tan afectadas por las actuales políticas migratorias en Estados Unidos” o bien no pueden dejar de trabajar ni de enviar recursos a sus familias.
Esto contrasta con comunidades del norte, donde los migrantes tienen mayor antigüedad y enfrentan mayores restricciones laborales y legales.
Las remesas, un salvavidas contra la pobreza
A pesar de la desaceleración, BBVA destaca un dato crucial: las remesas siguen siendo el sostén económico de millones de hogares mexicanos.
Durante 2024, se estima que más de un millón de personas evitaron caer en pobreza multidimensional gracias a estos ingresos.
El estudio explica que, sin remesas, la población en pobreza extrema aumentaría en casi medio millón de personas, pasando de 6.9 millones a 7.4 millones, según cifras del Inegi y el Coneval.
Historias detrás de los números
En comunidades de Chiapas y Oaxaca, familias completas dependen del dinero enviado por hijos o padres que trabajan en EE.UU. Desde pequeños pueblos en Los Altos de Chiapas hasta las montañas oaxaqueñas, las remesas financian alimentos, educación y vivienda, y en muchos casos, representan la única entrada estable de recursos.
María López, originaria de San Juan Chamula, comparte que su hijo envía cada mes 300 dólares desde Carolina del Norte:
“Con eso pagamos la escuela de mis nietos y compramos medicinas. Sin ese dinero, no podríamos vivir igual.”
Lo que espera BBVA para fin de año
BBVA proyecta que el flujo total de remesas cierre 2025 con 61 mil millones de dólares, lo que marcaría la primera contracción anual en 13 años. Aun así, el banco resalta que la resiliencia del sur del país puede amortiguar parte del impacto nacional.


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