A menos de 20 semanas para la Navidad, el clima en el sector minorista estadounidense está lejos de ser festivo. Mientras las familias sueñan con luces y regalos, los ejecutivos de grandes y pequeñas tiendas se enfrentan a un desafío inesperado: las políticas comerciales fluctuantes del presidente Donald Trump y sus aranceles a productos importados, principalmente de China.
En Balsam Hill, reconocida por sus árboles artificiales y decoraciones, el catálogo de este año será más delgado. “No sabemos qué artículos vamos a incluir”, admite Mac Harman, su CEO, mientras reorganiza inventarios y proveedores para esquivar los impuestos de importación que cambian de un mes a otro.
El golpe a la industria de los juguetes
El impacto más duro lo sufre el sector juguetero, que importa el 80% de sus productos desde China. Este año, la producción comenzó con semanas de retraso debido a un arancel del 145% que encareció los costos. Greg Ahearn, presidente de la Toy Association, advierte que las pequeñas y medianas empresas están fabricando mucho menos que en 2024.
La consecuencia es clara: si un juguete se convierte en éxito en septiembre, reabastecerlo será complicado y costoso. En las tiendas independientes JaZams, su copropietario Dean Smith ya eliminó la mitad de su lista de compras navideñas para evitar precios que el consumidor no aceptaría.
Inventarios reducidos y precios en alza
La incertidumbre arancelaria provoca decisiones difíciles: algunos comercios han optado por no arriesgarse y reducir líneas de productos. Hilary Key, dueña de The Toy Chest, dejó de probar nuevos juegos para la temporada por temor a los altos impuestos de importación. Proveedores como Schylling aumentaron precios hasta un 20%, afectando a coleccionables y marcas icónicas.
Una carrera contra el tiempo en los puertos
En el Puerto de Los Ángeles, junio marcó un récord en 117 años, ya que las empresas se apresuraron a asegurar mercancía antes de nuevos aumentos arancelarios. Sin embargo, este efecto “látigo” solo pospone el problema: cuando las tarifas vuelvan a subir, las importaciones se frenarán de nuevo, reduciendo opciones y elevando precios para el consumidor.


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