IED en México acumula récord al alcanzar 40 mil 906 millones de dólares entre enero y septiembre de 2025, una cifra que marca un crecimiento anual de 14.5 por ciento y establece un nuevo máximo histórico para el país.
De acuerdo con la Secretaría de Economía, el avance del IED en México estuvo impulsado por un notable repunte en nuevas inversiones, así como por un aumento significativo en las cuentas entre compañías. Este desempeño confirma el creciente interés del capital global por el mercado mexicano en medio de un entorno económico internacional complejo.
El aumento es considerable si se compara con los 35 mil 737 millones de dólares registrados en los primeros nueve meses de 2024. Aunque la reinversión de utilidades disminuyó de forma notable, dicha baja fue compensada con la expansión acelerada de nuevos proyectos y operaciones empresariales internas. La dinámica actual refleja un reacomodo profundo en la estructura de la inversión extranjera en el país, donde los flujos frescos cobran mayor relevancia dentro de la composición total.
Uno de los cambios más visibles está en la reinversión de utilidades, que cayó 9.7 por ciento anual. Pasó de 30 mil 745 millones de dólares en 2024 a 27 mil 749 millones este año, reduciendo su peso dentro de la IED en México total del 86 al 68 por ciento. No obstante, el retroceso fue compensado por el fuerte impulso de nuevas inversiones, que se triplicaron al pasar de 2 mil 60 millones de dólares a 6 mil 563 millones.
Esta transformación evidencia que más capital extranjero está dispuesto a iniciar operaciones de cero en el país, un comportamiento que no se observaba con tanta fuerza desde hace varios años.
IED en México acumula récord por nuevas inversiones y cuentas internas
Otro de los motores clave del récord del IED en México fue el crecimiento de las cuentas entre compañías, que avanzaron 125 por ciento anual. El flujo pasó de 2 mil 932 millones de dólares a 6 mil 593 millones, alcanzando su nivel más alto desde 2018. Para la Secretaría de Economía, este repunte refleja una mayor reorganización interna, capitalización y fortalecimiento de filiales en México.
El movimiento interno dentro de corporativos globales es una señal que generalmente anticipa expansión futura y consolidación de operaciones estratégicas.
En cuanto a países de origen, Estados Unidos se mantuvo como el principal inversor al concentrar 39.5 por ciento del total. Sus flujos aumentaron de 14 mil 474 millones de dólares a 16 mil 146 millones.
España ocupó un lugar destacado al pasar de –903 millones de dólares en 2024 a 5 mil 765 millones en 2025, un salto abrupto que marcó una diferencia sustancial en la balanza de inversión. Japón, Países Bajos y Canadá se mantuvieron dentro del top cinco, contribuyendo colectivamente con más del 72 por ciento del total de la IED acumulada.
Durante la conferencia matutina de la presidenta Claudia Sheinbaum, el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, explicó que este desempeño responde a una percepción global favorable hacia México.
Aseguró que los inversionistas ven al país como un destino atractivo para establecer nuevas operaciones en el marco del reacomodo productivo internacional. “Ese ritmo de inversión extranjera directa significa que los inversionistas de todo el mundo están decidiendo invertir por México en mayor proporción a la que habíamos incluso esperado”, afirmó.
Ebrard también destacó que de 2018 a 2025 la IED en México acumula récord con un crecimiento de 69 por ciento. Según el funcionario, la tendencia demuestra confianza en la actual administración y en las condiciones económicas del país. Subrayó que el aumento constante está siendo reemplazado por un crecimiento acelerado producto del nearshoring, la relocalización productiva y la fortaleza del mercado interno.
Pese al entusiasmo general, algunos especialistas señalaron que el récord del IED en México requiere un análisis más detallado. Delia Paredes Mier, economista de TransEconomics, sostuvo que aunque las cifras globales son fuertes, la composición muestra claroscuros.
Explicó que la reinversión de capitales, si bien es positiva, no siempre se traduce en creación de nuevas capacidades industriales. Señaló que “la inversión no se está yendo, pero tampoco está llegando en la magnitud necesaria para ampliar capacidad productiva o detonar nuevos proyectos”.
De acuerdo con su análisis, factores como la certidumbre jurídica, la estabilidad regulatoria, el costo de la energía y un sistema judicial confiable son tan determinantes como la ubicación geográfica en los resultados del IED en México. En un contexto de competencia global, estos elementos pueden definir si los corporativos apuestan por México o por otros mercados emergentes.
Manufactura débil y proyecciones del cierre de año
Dentro de los sectores analizados para el IED en México, la industria manufacturera mostró señales de desaceleración. Janneth Quiroz, directora de análisis económico de Monex, indicó que aunque el repunte en nuevas inversiones es positivo y sugiere un mayor nivel de confianza, la IED destinada a manufactura cayó 21.7 por ciento anual entre enero y septiembre de 2025.
Esta contracción implica una menor llegada de capitales orientados a la modernización o expansión de plantas industriales, lo que podría limitar el impulso económico del sector en el corto plazo.
El área de Estudios Económicos de Banamex analizó los datos y destacó la magnitud del incremento en nuevas inversiones. Al comparar los datos preliminares del tercer trimestre con los revisados por el Banco de México, la inversión extranjera directa registró un aumento de 127.9 por ciento anual, el mayor desde el tercer trimestre de 2021.
Debido a ello, el banco ajustó al alza su previsión de cierre anual: ahora estima que la IED en México acumula récord y podría llegar a 43 mil 200 millones de dólares al final de 2025, mayor a su estimación previa de 38 mil 500 millones.
Con el monto acumulado más alto desde 2013, México enfrenta una oportunidad estratégica para consolidar su atractivo global. El reto del IED en México será asegurar que los flujos se traduzcan en una expansión industrial robusta, más cadenas de valor locales y nuevas capacidades productivas que impulsen el crecimiento económico sostenible. Aunque el camino presenta desafíos, la llegada de capital fresco, la reorganización corporativa y el nearshoring muestran que el país se encuentra en una etapa de oportunidad histórica.


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