«En la Fórmula 1 vales tanto como tu última carrera», decía Ayrton Senna. Hoy, esa frase resuena con fuerza en la vida de Lewis Hamilton, quien atraviesa uno de los peores momentos de su carrera. Mientras el mundo espera con ansias su salto a Ferrari en 2026, en Reino Unido ya se especula con una posible retirada anticipada.
Las señales están a la vista: declaraciones derrotistas, resultados pobres y un lenguaje corporal que preocupa incluso a los analistas más respetados. Martin Brundle, comentarista de Sky Sports y ex piloto, fue tajante: “No lo veo aguantando dos temporadas más en Ferrari, ni en ningún otro sitio, así”.
Un campeón sin rumbo en la pista
Desde que ganó el Sprint en China, Hamilton no ha vuelto a destacar. Doce carreras sin podio, una actuación gris tras otra, y una última frase que dejó helados a todos: “Soy un inútil, Ferrari debería buscar otro piloto”. Fue tras quedar 12º, visiblemente afectado y sin intención de hablar con los comisarios tras un incidente con Max Verstappen.
Esa negativa a declarar ante los oficiales de carrera fue interpretada por muchos como una señal de desconexión emocional y falta de motivación, algo que no se le había visto al siete veces campeón del mundo.
Un futuro en duda, pero con un giro posible
Algunos analistas británicos, incluso desde Sky Sports, han insinuado la posibilidad de que Hamilton no regrese tras las vacaciones de verano. Aunque improbable, la idea de que no debute con Ferrari en 2026 ya no suena tan descabellada.
Sin embargo, hay un factor que podría darle vuelta a esta narrativa: el reglamento de 2026. Con un cambio radical en el diseño de los monoplazas y motores, Ferrari podría ser uno de los equipos más fuertes, y eso, sumado a un contrato multimillonario (60 millones de dólares por temporada), podría ser el aliciente que Lewis necesita.
La presión mediática y el desgaste emocional
Hamilton no solo lucha contra rivales en pista, sino también contra la presión mediática. La prensa británica, que tantas veces lo ha endiosado, hoy lo señala como un piloto sin rumbo. Su comportamiento en el parque cerrado tras las carreras, su falta de energía en entrevistas y su visible frustración muestran a un hombre en conflicto consigo mismo.
Más allá de los números, el caso Hamilton abre una ventana sobre la salud mental de los pilotos. ¿Puede un campeón volver a levantarse? ¿O estamos viendo el principio del fin de una era dorada?
