Este inicio de año trajo una nueva aventura para nuestra familia: la adopción de Eli, un cachorro callejero bautizado como “boulevardier”, un término que honra sus raíces y celebra su origen. Adoptar a un perro siempre es un acto de amor, pero también despierta preguntas. En mi caso, surgió una: ¿cómo evolucionó la comida para perros hasta las croquetas que hoy compramos?
Eli, como todos los perros, tiene un vínculo con la historia de nuestra relación con los caninos. Sus antepasados no siempre tuvieron el lujo de croquetas balanceadas; lo que comían dependía de lo que los humanos podían compartir.
Un vínculo ancestral: los primeros perros y su alimentación
Hace al menos 15 mil años, los lobos comenzaron a acercarse a los humanos. Compartían su comida, principalmente carne y huesos. Más tarde, con el desarrollo de la agricultura, se incluyeron cereales y restos de pan en su dieta.
En México, los Xoloitzcuintles —que acompañaban a los aztecas— también son un símbolo de esa relación. Efigies prehispánicas revelan que los perros eran compañeros fieles, integrados en la vida diaria.
De las mesas medievales a la Revolución Industrial
En el siglo XIV, los nobles europeos como Gastón III documentaron recetas para perros, mezclando pan de salvado y carne de caza. Sin embargo, la gran transformación llegó con la Revolución Industrial, cuando los ingresos de las familias permitieron ver a los perros no solo como ayudantes, sino como compañeros de vida.
En 1860, James Spratt, inspirado en las galletas de los marineros, creó las primeras galletas para perros en Inglaterra. Este fue el inicio de la industria alimentaria canina.
El siglo XX: de carne enlatada a croquetas modernas
En 1922, la primera comida enlatada, hecha de carne de caballo, marcó un hito en la alimentación de los perros. Décadas después, en 1956, las croquetas cocidas a altas temperaturas llegaron al mercado, revolucionando la forma en que cuidamos a nuestras mascotas.
La nutrición veterinaria también avanzó. En 1939, el Dr. Mark Morris desarrolló una dieta específica para perros con problemas renales, sentando las bases de las dietas terapéuticas actuales.
¿Qué hay realmente en las croquetas?
Hoy en día, las croquetas están diseñadas para ser completas y balanceadas, ofreciendo:
- Proteínas: de origen animal y vegetal.
- Carbohidratos: para energía.
- Grasas esenciales: para la piel y el pelaje.
- Micronutrientes: como vitaminas y minerales.
A pesar de estos avances, la controversia sigue presente. Algunos critican el uso de granos como rellenos baratos o el impacto ambiental de su producción.
Adopción y evolución: un reflejo de nuestra historia común
Eli no solo devora croquetas con entusiasmo, sino también mis zapatos y cojines, recordándome cómo su alimentación refleja la evolución de nuestra relación con los perros. Desde los lobos que rondaban los fogones prehistóricos hasta los compañeros que hoy habitan nuestros hogares, alimentar a nuestros perros cuenta una historia de supervivencia, innovación y cariño.
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