Las posadas navideñas son una de las tradiciones más entrañables de México, celebradas en los días previos a la Navidad. Con su origen en España, llegaron al territorio mexicano junto con la evangelización, y con el tiempo fueron adaptándose a la cultura local, transformándose en una festividad muy arraigada en las costumbres del país.
La esencia de la posada es la representación de los peregrinos, José y María, buscando albergue en su viaje hacia Belén. Para ello, en cada posada, se cantan las tradicionales letanías que representan las súplicas de los peregrinos, quienes piden posada a los anfitriones de la casa.
Este artículo te ofrece la letra completa de la letanía para pedir posada, incluyendo los diálogos entre los peregrinos y los posaderos, que son parte esencial de la representación. Además, exploramos cómo esta tradición ha evolucionado a lo largo del tiempo, manteniendo su significado y relevancia en la cultura mexicana.
Origen de las posadas navideñas
Las posadas tienen su origen en España, donde se celebraban las «misa de aguinaldo» desde el 16 de diciembre. En México, esta costumbre fue adoptada por los frailes franciscanos como parte de las celebraciones navideñas. Las misas y representaciones navideñas al aire libre se convirtieron en una de las formas más significativas de preparar el espíritu para la Navidad.
Desde su llegada a México, las posadas se hicieron parte fundamental de las celebraciones decembrinas. A lo largo de los años, se ha mantenido la costumbre de organizar una pequeña procesión que recorre las calles, mientras los participantes, con velas en mano, cantan las tradicionales letanías.
Letanía para pedir posada: Letra completa
La letanía para pedir posada es la canción central de esta tradición. En ella, los peregrinos piden hospedaje, y los posaderos (quienes representan la resistencia a abrir las puertas) responden. A continuación, te presentamos la letra completa de la letanía, con los diálogos entre los peregrinos y los posaderos:
Diálogo 1
- Afuera:
En el nombre del cielo, os pido posada, pues no puede andar mi esposa amada. - Adentro:
Aquí no es mesón, sigan adelante, yo no debo abrir, no sea algún tunante.
Diálogo 2
- Afuera:
No seas inhumano, tennos caridad, que el Dios de los cielos te lo premiará. - Adentro:
Ya se pueden ir y no molestar porque si me enfado os voy a apalear.
Diálogo 3
- Afuera:
Venimos rendidos desde Nazaret. Yo soy carpintero de nombre José. - Adentro:
No me importa el nombre, déjenme dormir, pues que yo les digo que no hemos de abrir.
Diálogo 4
- Afuera:
Posada te pide, amado casero, por sólo una noche, la reina del cielo. - Adentro:
Pues si es una reina quien lo solicita ¿cómo es que de noche anda tan solita?
Diálogo 5
- Afuera:
Mi esposa es María, es reina del cielo, y madre va ser del Divino Verbo. - Adentro:
¿Eres tú José? ¿Tu esposa es María? Entren, peregrinos, no los conocía.
Diálogo Final
- Afuera:
Dios pague, señores, vuestra caridad, y que os colme el cielo de felicidad. - Adentro:
¡Dichosa la casa que alberga este día a la virgen pura, la hermosa María!
(Se abren las puertas y todos cantan)
Entren santos peregrinos, reciban este rincón, que aunque es pobre la morada, os la doy de corazón.
El significado de las posadas en la cultura mexicana
Más allá de los cantos y los diálogos entre peregrinos y posaderos, las posadas tienen un profundo significado en la cultura mexicana. Esta tradición representa el camino de María y José en su búsqueda de refugio, un acto de fe y esperanza en el mensaje del nacimiento de Jesús.
Durante las posadas, las familias se reúnen, no solo para cantar y disfrutar de los deliciosos aguinaldos y ponche, sino también para reflexionar sobre el espíritu navideño de solidaridad y unidad. Los niños son una parte fundamental de esta celebración, pues son ellos quienes más disfrutan de la representación, mientras aprenden sobre la historia de la Navidad y la importancia de la fe.
Además, las posadas son una de las pocas tradiciones que permiten que las comunidades, sin importar su origen o credo, participen juntas en una misma celebración. Es una forma de acercar a las familias, mantener vivas las tradiciones y, lo más importante, de pasar tiempo juntos en un ambiente de alegría y fraternidad.
Mantén viva la tradición de las posadas
Las posadas navideñas son una de las tradiciones más bellas que mantiene la cultura mexicana. Al cantar la letanía para pedir posada, se revive un momento de conexión entre el presente y la historia, entre la familia y la comunidad. Esta tradición, que ha evolucionado con el tiempo, sigue siendo una de las formas más especiales de celebrar la Navidad.
Si aún no has participado en una posada, este año es el momento perfecto para unirte a esta maravillosa costumbre, que no solo te acercará a tus seres queridos, sino también a la verdadera esencia de la Navidad.
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