La Generación Z está cambiando la moda. Descubre por qué prefieren la ropa de segunda mano y cómo este movimiento sostenible está impactando a la industria.
No es solo una tendencia, es un movimiento. La Generación Z está liderando un cambio masivo hacia la moda de segunda mano, impulsada por la sostenibilidad, la economía y la búsqueda de un estilo único. Así es como están redefiniendo el consumo.
Una revolución silenciosa pero poderosa está reconfigurando la industria de la moda, y sus líderes son los más jóvenes. La Generación Z, el grupo demográfico nacido entre mediados de la década de 1990 y principios de la de 2010, está dándole la espalda al modelo de fast fashion (moda rápida) para abrazar masivamente la ropa de segunda mano. Lo que antes era una opción de nicho, hoy es un pilar central de su identidad y consumo.
Se estima que el mercado mundial de la ropa de segunda mano crecerá tres veces más rápido que el mercado de ropa nueva, con la Gen Z a la cabeza de esta transformación. Según datos de WGSN Barometer, el 40% de los consumidores de la Gen Z compra ropa usada porque no encuentra la estética que busca en las tiendas tradicionales.
Los tres pilares del movimiento
Este cambio de paradigma no es arbitrario. Se sustenta en tres motivaciones principales que definen los valores de esta generación:
1. Conciencia Ambiental: La Gen Z es la generación más consciente del impacto ecológico de sus decisiones de consumo. Saben que la industria de la moda es la segunda más contaminante del mundo, responsable del 10% de las emisiones globales de CO₂. Comprar de segunda mano es, para ellos, un acto de resistencia contra un sistema de sobreproducción y desperdicio. En México, por ejemplo, se desechan más de 3,700 millones de toneladas de residuos textiles al año. Reutilizar prendas es una forma directa de reducir esa huella de carbono.
2. Factor Económico: En un contexto de crisis del costo de vida e inflación, el precio es un factor decisivo. La ropa de segunda mano ofrece una alternativa asequible para acceder a prendas de calidad y marcas deseadas sin comprometer el presupuesto. Plataformas de reventa como Depop, Vinted o GoTrendier (muy popular en Latinoamérica) no solo son un lugar para comprar, sino también una fuente de ingresos extra para el 56% de los jóvenes vendedores.
3. Búsqueda de Autenticidad y Estilo Único: En un mundo saturado de tendencias masificadas por el fast fashion, la Gen Z valora la individualidad. Quieren piezas que nadie más tenga. La moda de segunda mano y vintage les permite encontrar prendas únicas, con historia, que les ayudan a construir una identidad propia y a experimentar con estéticas de décadas pasadas, como la nostalgia por los años 90 y 2000 (Y2K).
“Mientras la moda rápida sigue creciendo, es urgente que las nuevas generaciones lideren el cambio hacia un consumo más responsable. Elegir moda vintage es construir un futuro más sostenible, y la Generación Z lo entiende mejor que nunca.” – Cecilia García, experta en moda, citada por Publimetro.
El impacto en la industria
Esta tendencia ya está obligando a las grandes marcas a reaccionar. Algunas, como Zara, han comenzado a implementar sus propios programas de reventa y reciclaje para no quedarse atrás. La presión es alta: según Sustainability Magazine, el 62% de los consumidores de la Gen Z está dispuesto a pagar más por productos fabricados de forma ética y sostenible.
El movimiento va más allá de la ropa. Fomenta una economía circular, donde los productos tienen múltiples vidas, minimizando el desperdicio y promoviendo una mayor responsabilidad social y ambiental.
La moda de segunda mano ha dejado de ser vista como algo marginal o de menor calidad. Hoy, gracias a la Gen Z, es sinónimo de inteligencia, sostenibilidad y, sobre todo, de un estilo auténtico y consciente. Es una declaración de principios que se lleva puesta.
