Evita los celos y el estrés. Te damos los pasos y plazos clave para que tu perro reciba al nuevo miembro de la familia de forma positiva y segura.
La llegada de un bebé es una alegría inmensa, pero puede ser un
cambio drástico para tu perro. Una buena preparación es la clave para una convivencia
armoniosa. Te explicamos cómo y cuándo empezar para que tu perro asocie al bebé con cosas buenas.
Traer un nuevo bebé a casa es uno de los momentos más emocionantes en la vida de una
familia. Entre la cuna, la ropa y los pañales, hay un miembro de la familia que a menudo se pasa por alto en los preparativos: el perro. Para tu fiel compañero, este cambio puede ser confuso y estresante, y es nuestra responsabilidad guiarlo en el proceso
Una introducción bien manejada no solo previene problemas de celos o ansiedad, sino que
sienta las bases para una hermosa amistad de por vida. En La Verdad Noticias, te ofrecemos un plan de acción para asegurar una transición suave y feliz para todos.
La preparación empieza meses antes: El plan de acción
No esperes al día en que llegas del hospital. La clave del éxito es la anticipación.
3 a 4 meses antes del nacimiento:
- Refuerza la Obediencia Básica: Comandos como «sentado», «quieto», «échate» y «ven» serán
tus mejores herramientas. Practícalos a diario. Especialmente importante es el comando «a tu sitio» o «a tu cama», para poder enviarlo a un lugar seguro cuando lo necesites. - Acostúmbralo a los Nuevos Olores y Sonidos: Empieza a usar las lociones, talcos y cremas del bebé en tu propia piel. Descarga sonidos de llanto de bebé de internet y ponlos a un volumen bajo durante unos minutos al día, mientras le das premios o juegas con él. La idea es que asocie esos estímulos con algo positivo.
- Ajusta las Rutinas: La vida con un recién nacido es impredecible. Empieza a variar los horarios de los paseos y las comidas de tu perro. Así, no asociará el cambio de rutina directamente con la llegada del bebé.
1 a 2 meses antes del nacimiento:
- Monta los Muebles del Bebé: Deja que tu perro explore la nueva cuna, el cambiador y los
juguetes. Permítele oler todo bajo tu supervisión. Enséñale los límites, por ejemplo, que no
puede subir a la cuna, usando el comando «fuera» o «abajo» de forma amable pero firme. - Pasea con el Cochecito Vacío: Empieza a incluir el cochecito o la carriola en tus paseos
diarios. Enséñale a caminar a tu lado sin tirar de él ni morder las ruedas.
El momento clave: La llegada a casa
Este es el día más importante. Una buena primera impresión es fundamental.
Paso 1: El saludo inicial
Antes de entrar a casa con el bebé, una persona debe entrar primero y saludar al perro. Este ha estado esperando a su «manada» y necesita liberar esa energía inicial.
Paso 2: La presentación por el olfato
Mientras una persona se queda con el bebé, la otra debe llevarle al perro una mantita o una prenda que tenga el olor del recién nacido. Deja que la huela con calma. Dale premios mientras lo hace. Está aprendiendo que ese nuevo olor trae cosas buenas.
Paso 3: La introducción visual
Ahora sí, entra con el bebé en brazos. La persona que sostiene al bebé debe estar tranquila y sentada. La otra persona controlará al perro con la correa. Permite que el perro se acerque a oler los pies del bebé a una distancia prudente. Mantén la calma y háblale con voz suave. Premia cualquier comportamiento tranquilo y respetuoso.
«Tu objetivo no es que se ignoren, sino que tu perro asocie cada interacción
con el bebé con una experiencia positiva: una caricia, un premio, una palabra amable».
Las reglas de oro para la convivencia diaria
- NUNCA dejes al perro y al bebé solos: Sin importar lo confiable que sea tu perro, la
supervisión es innegociable. - Incluye al perro en la «burbuja» del bebé: Cuando estés alimentando o acunando al bebé,
invita a tu perro a echarse a tus pies. Lánzale un premio de vez en cuando. Debe sentirse parte del momento, no excluido. - Respeta el espacio del perro: Asegúrate de que tu perro tenga una zona de escape (su cama, una jaula abierta) donde pueda retirarse si se siente abrumado y donde el bebé no pueda molestarlo.
Preparar a tu perro para la llegada de un bebé es uno de los mayores actos de amor que puedes hacer por ambos. Con paciencia y planificación, estarás creando un hogar donde la armonía y la seguridad son la prioridad.
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