La falta de peritos Semefo dejo en evidencia la crisis forense en Jalisco con, un déficit que mantiene detenido el proceso de identificación y entrega de cuerpos en todo el Estado. Actualmente, el Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses (IJCF) resguarda al menos 60 cuerpos o restos con más de siete años sin identificar, incluyendo seis que llevan entre 11 y 14 años en espera de ser reconocidos.
Esta situación ha puesto sobre la mesa la urgencia de contratar más especialistas, pues los peritos Semefo que operan hoy no alcanzan a cubrir el volumen de trabajo acumulado durante casi una década. El propio director del IJCF, Axel Rivera, afirmó que se requieren entre 150 y 160 nuevos profesionales para revertir el rezago en aproximadamente dos años, siempre y cuando se cubran las áreas más complejas, como genética forense.
El instituto cuenta actualmente con 513 especialistas, aunque las delegaciones regionales —sobre todo Lagos de Moreno, Ciudad Guzmán y Puerto Vallarta— operan con recursos humanos mínimos. La falta de peritos Semefo en estas zonas regionales limita la capacidad para emitir dictámenes, retrasar procesos y acumular cuerpos sin identificar. Además, el rezago forense no solo responde a la falta de personal, sino también a carencias estructurales, presupuestales y tecnológicas que obstaculizan la labor de identificación en un contexto marcado por miles de desapariciones.
El grave impacto de la falta de peritos Semefo en el IJCF
El propio IJCF reconoce que, sin suficientes peritos Semefo, no es posible combatir el rezago acumulado desde hace más de siete años. Las especialidades más afectadas incluyen medicina forense, criminalística, genética, odontología y antropología, áreas clave para identificar restos humanos. La carencia de especialistas provoca retrasos en la emisión de dictámenes, limita la capacidad de análisis y prolonga el tiempo que los cuerpos permanecen en cámaras frigoríficas.
Expertos forenses han señalado que esta crisis también se acentúa por la falta de infraestructura adecuada y recursos económicos insuficientes. Jonathan Ávila, del Centro de Justicia para la Paz y el Desarrollo, señaló que el estado de la crisis revela la incapacidad institucional para atender casos de desaparición. Señaló la urgencia de fortalecer los equipos técnicos, pues muchos cuerpos llegan sin registros comparativos, lo que dificulta su identificación.
Esta situación se agrava con casos de carbonización, mutilación o degradación avanzada, que requieren métodos más complejos para confirmar identidades.
Aunque el IJCF anunció que gestionará recursos adicionales, el Proyecto de Presupuesto de Egresos 2026 mantiene la misma asignación económica que en 2025: 492 millones de pesos.
Este escenario complica aún más la contratación de los peritos Semefo necesarios, quienes son fundamentales para reducir el rezago y devolver a cientos de familias la certeza que han esperado por años.
En total, más de cinco mil cuerpos o fragmentos de Personas Fallecidas Sin Identificar permanecen almacenados en las cámaras frigoríficas desde 2018, mientras mil 800 más están enterrados en panteones municipales sin posibilidad de entrega por falta de información suficiente.
El caso de Magdalena Pérez López, quien desapareció en 2014 y pasó 11 años en el Semefo antes de ser identificada, es un ejemplo doloroso de cómo la ausencia de peritos Semefo puede prolongar injustamente la espera de las familias.
Su historia no es la única: se repite en cientos de casos que siguen sin respuesta. Si no se incorporan los especialistas necesarios y no se modernizan las instalaciones, el rezago persistirá y continuará aplazando la justicia para miles de familias en Jalisco.
Las familias de personas desaparecidas han insistido en que la contratación de más peritos Semefo no puede seguir postergándose, pues de ello dependen procesos que llevan años detenidos.
Colectivos de búsqueda en Jalisco han reiterado que el rezago forense no es solo un problema técnico, sino una crisis humanitaria que requiere voluntad política, inversión y plena coordinación entre instituciones.
Mientras no existan suficientes especialistas, los dictámenes seguirán acumulándose y los cuerpos continuarán almacenados sin identificación. Esta situación prolonga el sufrimiento de miles de familias que viven entre la incertidumbre y la esperanza, a la espera de noticias que muchas veces tardan años en llegar.
Los organismos civiles también han pedido mejorar las bases de datos, fortalecer la genética forense y garantizar que los peritos Semefo cuenten con herramientas y laboratorios adecuados. De lo contrario, la crisis no solo persistirá, sino que podría agravarse con el paso del tiempo.
