Los cárteles mexicanos han dejado de ser organizaciones con influencia limitada a México y Estados Unidos. Su expansión reciente los ha llevado a operar en al menos 40 países, con presencia física, alianzas estratégicas, laboratorios activos y redes logísticas que abarcan Europa, África y otras regiones del mundo.
La diversificación de sus operaciones, los vínculos con grupos delictivos locales y la consolidación de estructuras de producción en territorio extranjero han elevado la preocupación de autoridades internacionales que ven cómo estas organizaciones han convertido la globalización en una herramienta criminal de alto alcance.
Durante años, tanto el Cártel de Sinaloa como el Cártel Nueva Generación (CNG) fueron considerados exportadores de drogas hacia Europa. Sin embargo, la evolución de los últimos años demuestra que el rol de los cárteles mexicanos se ha transformado radicalmente: ahora producen drogas sintéticas en laboratorios instalados en varios países europeos, ocultan mercancía en fincas estratégicas y utilizan a criminales locales como socios de distribución y protección territorial.
Esta expansión marca un antes y un después en la dinámica del narcotráfico internacional.
Uno de los casos de los cárteles mexicanos mas recientes que confirmó este nivel de sofisticación fue el desmantelamiento de una oficina del CNG en España. La operación, realizada por la Policía Nacional española en coordinación con la DEA y autoridades de Países Bajos, reveló cómo estas organizaciones han cruzado fronteras para consolidar operaciones complejas en el extranjero.
Desde una finca en Ávila coordinaban envíos de cocaína y anfetaminas, ocultando la droga en maquinaria industrial que luego era trasladada a Toledo antes de llegar a Italia. Ahí, la alianza con la camorra italiana resultaba clave para acceder al mercado europeo, mostrando la habilidad de los cárteles mexicanos para integrarse con mafias tradicionales.
En esta operación contra los cárteles mexicanos fueron detenidas 20 personas, incluidas cuatro de nacionalidad mexicana y un empresario español que proporcionaba “apoyo logístico”. Para las autoridades españolas se trató del golpe más significativo contra el CNG hasta ese momento, lo que evidencia cómo esta organización ha logrado posicionarse en Europa con mayor agresividad en los últimos años. Lo más preocupante es que no se trata de un caso aislado, sino del reflejo de una tendencia que ya ha sido documentada por autoridades internacionales.
Expansión de los cárteles mexicanos en Europa
La DEA confirmó que tanto el Cártel de Sinaloa como el CNG operan en al menos 40 países, cifra que incluye actividades detectadas en diversas naciones europeas. En el Viejo Continente, los cárteles mexicanos han consolidado alianzas con grupos criminales de los Balcanes, quienes poseen las conexiones y la infraestructura necesarias para distribuir droga y lavar capitales en la región.
El establecimiento de laboratorios de metanfetamina en países como Francia, Bélgica, Polonia, España y Países Bajos confirma la intención de estas organizaciones de no depender únicamente de la producción en México.
Expertos como Ruggero Scaturro, analista de la Iniciativa Global contra el Crimen Organizado Transnacional (GI-TOC), han explicado que la presencia física de los cárteles en Europa es una amenaza emergente. Señalan que los cárteles mexicanos no solo envían droga, sino que despliegan personal especializado, como cocineros, para formar a criminales locales en la producción de metanfetamina de alta pureza.
Esto ha resultado en la desarticulación de laboratorios completos operados por mexicanos, lo que evidencia la transferencia de conocimiento técnico que podría sostener la expansión a largo plazo.
La confirmación de actividades del Cártel de Sinaloa en Irlanda, país señalado como centro de distribución para el norte de Europa, refuerza la preocupación de que estas organizaciones ya no operan solo desde las sombras, sino que ocupan espacios clave para el tráfico de drogas sintéticas y cocaína.
La policía irlandesa ha advertido desde hace años de la posible consolidación de rutas directas entre México e Irlanda, una tendencia que se ha vuelto más evidente con los decomisos recientes.
Europa no es la única región afectada. El uso estratégico de África occidental como punto de transbordo para la cocaína también ha sido documentado. El CNG ha utilizado la costa africana para mover mercancía rumbo a Europa, aprovechando la debilidad institucional de varios países africanos.
Además, África se ha convertido en proveedor de armas para los cárteles, y las organizaciones mexicanas también han incursionado en el tráfico de recursos naturales, así como en la adquisición de precursores químicos de manera más discreta que en otros territorios.
Golpes recientes contra los cárteles mexicanos en el mundo
A pesar del crecimiento de su estructura global, autoridades internacionales han logrado realizar golpes importantes. Durante 2024 y 2025, se registraron múltiples operaciones relevantes en Europa que confirman la presencia y sofisticación de los cárteles mexicanos en el continente.
En febrero de 2024, la policía irlandesa incautó más de 500 kilogramos de metanfetamina oculta en un contenedor en el puerto de Ringaskiddy, un cargamento ligado al Cártel de Sinaloa. Este decomiso fue uno de los más grandes registrados en Irlanda, lo que resultó en investigaciones que siguen abiertas.
Meses después, en mayo, la policía española desarticuló una red de distribución de metanfetaminas del Cártel de Sinaloa tras incautar casi dos toneladas de droga. Se trató del mayor decomiso de metanfetamina en la historia de España, con cinco detenidos, incluido un mexicano que operaba como enlace con el cártel.
En noviembre del mismo año, España fue nuevamente escenario de otra operación significativa: la detención de 16 personas y el desmantelamiento de dos laboratorios clandestinos en Toledo. Entre los detenidos se encontraba un químico mexicano que trabajaba directamente para “Los Chapitos”, facción del Cártel de Sinaloa.
Durante 2025 las actividades no cesaron. En mayo, Europol anunció el desmantelamiento de una red vinculada al Cártel de Sinaloa que distribuía drogas sintéticas en Bélgica, España, Países Bajos y Nueva Zelanda, con 16 detenidos en Francia. Meses después, en septiembre, la policía polaca desmanteló un laboratorio de metanfetaminas operado por dos mexicanos relacionados con el cártel.
Y en noviembre, la captura en España de Wilmer Chavarría, alias “Pipo”, líder de Los Lobos y aliado del CNG, reforzó la idea de que estas conexiones se expanden rápidamente para consolidar rutas y proteger territorios.
La operación más reciente del 18 de noviembre, donde se desmanteló una oficina del CNG con 20 detenidos, vuelve a mostrar cómo los cárteles mexicanos han escalado su presencia global y cómo su estructura criminal está lejos de limitarse a América.
Con cada operación internacional, queda claro que estas organizaciones han adoptado una estrategia global: producir, ocultar, distribuir y proteger mercancía en múltiples países, con la capacidad de infiltrar estructuras económicas y criminales en diversas regiones. La amenaza que representan seguirá en aumento mientras las autoridades internacionales trabajan para frenar su expansión.
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