El eco de la indignación recorrió la capital cuando se confirmó que Uriel Rivera Martínez, señalado por agredir sexualmente a la presidenta Claudia Sheinbaum y a una joven de 25 años, fue trasladado al Reclusorio Preventivo Varonil Norte, donde un juez de control definirá su situación jurídica.
El hecho, ocurrido en plena vía pública, desató una ola de condenas en redes sociales y entre las instituciones políticas del país. La mesa directiva del Congreso local hizo un llamado urgente a no normalizar ni justificar la violencia contra las mujeres, insistiendo en que cualquier acto de este tipo debe enfrentarse con una política de cero tolerancia.
Un día marcado por la indignación y la exigencia de justicia
Durante la tarde del jueves, Rivera Martínez fue trasladado por elementos de la Policía de Investigación y de la Secretaría de Seguridad Ciudadana. Enfundado en una sudadera amarilla, salió de las instalaciones de la Fiscalía General de Justicia en la colonia Doctores rumbo al penal ubicado en Gustavo A. Madero.
De acuerdo con fuentes ministeriales, el agresor se encontraba bajo los efectos del alcohol y otras sustancias al momento de los hechos. Por ello, un médico legista determinó esperar al menos doce horas antes de tomar su declaración formal.
En su testimonio, Rivera aseguró trabajar como vendedor ambulante en el Centro Histórico, donde ofrecía lentes a los transeúntes. También se confirmó que contaba con antecedentes penales por robo, lo que agrava su situación judicial.
De la detención al proceso judicial
La noche del martes, alrededor de las 20:00 horas, una joven de 25 años alertó a la policía capitalina tras ser víctima de agresión. Los agentes, que ya daban seguimiento al sospechoso por el incidente contra la presidenta, lograron detenerlo en Paseo de la Condesa, colonia Centro.
Aunque no se ha precisado cuál de las carpetas abiertas corresponde a cada agresión, las autoridades mantienen el análisis de los hechos para definir los cargos exactos que enfrentará Rivera Martínez.
Violencia de género: una lucha constante en la CDMX
En los últimos doce meses, la alcaldía Cuauhtémoc ha registrado más de 120 detenciones por agresiones contra mujeres, según reportes de la Policía Auxiliar del Sector 64. De esas detenciones, solo 25 agresores continúan su proceso en prisión.
Los cuerpos de seguridad han respondido a 395 llamados de auxilio de mujeres que solicitaron acompañamiento o intervención policial. Estas cifras reflejan que, aunque hay avances en la respuesta institucional, la impunidad y la reincidencia siguen siendo un reto en la lucha contra la violencia de género.
La presidenta Sheinbaum, tras el ataque, ha reiterado su compromiso con una política de tolerancia cero a la violencia y ha pedido fortalecer los mecanismos de prevención, atención y sanción.
Una lección de justicia y resiliencia
El caso de Uriel Rivera Martínez no solo es un episodio más en los registros judiciales de la ciudad. Es una llamada de atención sobre la urgencia de garantizar seguridad y respeto hacia las mujeres, sin importar su posición social o política.
En un país donde la violencia de género sigue cobrando víctimas, cada agresor llevado ante la justicia representa un paso hacia un México más justo y seguro.


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