Reforma judicial es hoy uno de los temas más debatidos en México. A un año de su aprobación, la transformación del Poder Judicial ha provocado, como nunca antes, una discusión abierta en la opinión pública sobre el papel de jueces, magistrados y ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN). Así lo afirmó la ministra Lenia Batres Guadarrama durante su participación en un foro académico organizado por la Universidad de Texas en Austin, donde defendió los alcances democráticos del nuevo modelo.

La ministra sostuvo que el cambio ha permitido que la ciudadanía observe, analice y cuestione el funcionamiento de un poder que históricamente operó con bajo nivel de escrutinio social. En su visión, este nuevo escenario fortalece la democracia y acerca la justicia a las personas.
Democracia directa y legitimidad del Poder Judicial
Uno de los puntos centrales abordados por Batres Guadarrama fue la elección de personas juzgadoras por voto directo, mecanismo incorporado tras la reforma. Reconoció que el modelo es perfectible, pero subrayó que el proceso realizado en junio pasado demostró que la democracia directa otorga legitimidad al Poder Judicial, algo de lo que carecía desde su conformación moderna.
La ministra explicó que, a diferencia de otros poderes del Estado, el Judicial no contaba con una base de legitimación popular, lo que generaba una distancia con la sociedad. La reforma, dijo, busca cerrar esa brecha y reforzar la confianza ciudadana en quienes imparten justicia.
Un cambio de enfoque en la impartición de justicia
Batres Guadarrama señaló que, tras la reforma judicial, las personas juzgadoras han comenzado a dejar atrás una práctica centrada únicamente en principios abstractos e intangibles, para avanzar hacia una justicia con vocación de servicio y compromiso social. Este cambio, afirmó, responde a una demanda histórica de la sociedad mexicana.
Según la ministra, durante años el Poder Judicial se percibió como una institución lejana, más preocupada por debates técnicos que por el impacto real de sus resoluciones en la vida cotidiana de las personas. La transformación actual busca equilibrar el rigor jurídico con la sensibilidad social.
Ruptura institucional y excesos del pasado
Durante su exposición, la integrante de la SCJN explicó que la reforma fue necesaria ante la ruptura de la relación armónica entre los Poderes de la Unión. En su diagnóstico, el Poder Judicial se asumió durante años como un adversario del Ejecutivo y del Legislativo, incurriendo en excesos que debilitaron el equilibrio institucional.
Entre esos excesos mencionó la invalidación sistemática de leyes por falta de consultas indígenas o a personas con discapacidad, la anulación de normas por supuestas fallas legislativas y la reviviscencia discrecional de preceptos legales. Para Batres Guadarrama, estas prácticas contribuyeron a una percepción de arbitrariedad que erosionó la confianza pública.
Salarios, prioridades y derechos sociales
Otro de los argumentos centrales fue el incumplimiento, durante más de 14 años, del mandato constitucional que limita las percepciones de altos funcionarios judiciales. Jueces, magistrados y ministros llegaron a percibir salarios superiores al de la persona titular de la Presidencia de la República, situación que, según la ministra, resultaba insostenible en un contexto de desigualdad social.
Asimismo, criticó las prioridades temáticas del trabajo jurisdiccional. Señaló que el Poder Judicial acumuló 12 mil 845 tesis de jurisprudencia en materia de equidad y proporcionalidad tributaria, mientras que solo emitió 145 tesis relacionadas con la protección de derechos sociales, evidenciando un desequilibrio en la agenda judicial.
Primeros resultados de la nueva SCJN
Batres Guadarrama destacó que, a 103 días de la nueva integración de la SCJN, los cambios ya son visibles y medibles. Indicó que el 100 por ciento de las sesiones son públicas, fortaleciendo la transparencia, y que se han resuelto 2 mil 590 asuntos, de los cuales 663 fueron en el pleno.
Este ritmo representa un promedio diario de 16.4 por ciento de resolución, muy por encima del 1.8 por ciento registrado por la integración anterior del máximo tribunal. Para la ministra, estos datos demuestran que la reforma no solo es discursiva, sino operativa.
Una reforma que redefine el debate judicial
A un año de su implementación, la reforma judicial ha colocado al Poder Judicial en el centro del debate nacional. La discusión pública sobre su funcionamiento, sus decisiones y su legitimidad marca un punto de inflexión en la relación entre justicia y ciudadanía.
Para Lenia Batres Guadarrama, el reto ahora es consolidar estos avances, corregir las fallas del nuevo modelo y garantizar que la justicia en México sea más transparente, cercana y socialmente comprometida, sin renunciar a la independencia judicial.