Desde el primer momento en que se mencionó el nombre de Pedro Haces, la historia empezó a tomar un rumbo inesperado dentro de la Cámara de Diputados. Lo que parecía una reunión diplomática más terminó convirtiéndose en uno de los episodios más tensos de la semana, con legisladores manifestándose, oficinas bloqueadas y acusaciones cruzadas que dejaron en evidencia la fragilidad política ante un tema tan sensible como el conflicto en Medio Oriente.
El vicecoordinador de Operación Política de Morena se reunió “en corto” con el gran rabino sefardí David Yosef, personaje influyente dentro de la comunidad judía internacional. La cita, que originalmente se llevaría a cabo en el Salón Legisladores —uno de los espacios más importantes del recinto—, terminó trasladándose discretamente a una oficina del edificio H ante el rechazo inmediato de diputados de Morena y del PT.
Los legisladores se movilizaron hasta las oficinas de Haces para expresar su inconformidad, argumentando que no permitirían la presencia de “un sionista que promueve el genocidio en Palestina”, según expusieron públicamente.
El desconcierto político detrás de Pedro Haces
La trama tomó fuerza desde el lunes, cuando Pedro Haces envió una invitación formal a legisladores para reunirse con Yosef. Sin embargo, ante el escándalo generado por los propios diputados de su partido, Haces intentó desmarcarse asegurando que se trataba de un encuentro casual.
“No hubo invitación”, declaró. “La Cámara de Diputados es la casa del pueblo. Si alguien viene a tocar la puerta, lo atiendo”.
Pero documentos membretados, firmados por él y fechados el 1 de diciembre, contradijeron por completo esa versión.
El rabino Yosef no es un personaje menor. De acuerdo con la Jewish Virtual Library, nació en 1957 dentro de una de las dinastías rabínicas sefardíes más respetadas de Israel. Además, The Jerusalem Post ha documentado diversas polémicas en torno a sus posturas y a iniciativas que han generado tensiones incluso dentro del propio gobierno israelí.
La reunión improvisada dejó un salón vacío, una convocatoria pegada junto a la tribuna y un ambiente político cargado de tensión.
El rechazo dentro de Morena
La diputada María Magdalena Rosales, una de las voces más críticas en Morena, relató que acudió a la reunión con una bandera de Palestina. Según su testimonio, los guaruras del recinto le impidieron el paso. Para ella, el encuentro representaba una fractura política interna y un acto contrario a los acuerdos previamente establecidos para frenar la instalación del Grupo de Amistad México-Israel.
Rosales denunció que ese grupo fue instalado de manera subrepticia el 27 de noviembre, pese al consenso interno para no formalizarlo por el rechazo de legisladores que critican severamente la postura de Israel frente al conflicto palestino.
Para la legisladora, la presencia del rabino fue un acto simbólico cargado de provocación:
“Se recibe a un sionista que promueve todo este genocidio y que está con el ejército asesino de Israel”, afirmó.
Un conflicto diplomático y político que crece
Mientras Pedro Haces insistía en que la reunión fue circunstancial, varios legisladores denunciaron que también asistieron personas que podrían pertenecer a la embajada de Israel en México. El hermetismo con el que se manejó el encuentro alimentó el debate sobre transparencia política, diplomacia informal y decisiones tomadas sin consenso interno.
José Narro, diputado de Morena, recordó que Israel ya ha sido señalado por este Congreso, así como por autoridades federales, por presuntas violaciones a derechos humanos en Palestina. Para él, la presencia del rabino Yosef en la Cámara es un contraste incómodo para la postura oficial que México ha intentado mantener en foros internacionales.
¿Qué significa este episodio para el futuro?
Más allá del encuentro en sí, la figura de Pedro Haces queda en el centro de una tormenta política que no parece terminar pronto. Entre acusaciones de reuniones “en lo oscurito”, tensiones diplomáticas y la presión de distintos grupos legislativos, el vicecoordinador se convierte en símbolo de un episodio que revela las fracturas internas en Morena y la dificultad para navegar un conflicto internacional desde la política doméstica mexicana.
El caso continúa generando discusiones, documentos filtrados y posturas encontradas, pero en todas ellas aparece un nombre que inevitablemente marca el pulso de esta historia: Pedro Haces.
Así, la polémica que inició con una visita inesperada termina dejando una huella visible en el debate legislativo del país, donde la figura de Pedro Haces seguirá siendo un punto de referencia al final del día.
