Nueva fiscal: solo seis mujeres buscan ocupar la FGR

Nueva fiscal: solo seis mujeres compiten entre 43 aspirantes para dirigir la FGR tras la salida de Gertz Manero, en medio de un proceso clave para el país.

Nueva fiscal: solo seis mujeres buscan ocupar la FGR
Nueva fiscal: solo seis mujeres buscan ocupar la FGR

La discusión pública sobre quién será la nueva fiscal en México tomó fuerza tras la renuncia de Alejandro Gertz Manero y la apertura del proceso en el Senado. Aunque se registraron 43 aspirantes, únicamente seis mujeres buscan encabezar la Fiscalía General de la República, un dato que refleja tanto el interés como la desigualdad persistente en los altos cargos del sistema judicial mexicano.

La elección de la nueva fiscal no solo involucra perfiles profesionales, sino una revisión más amplia sobre representación, paridad y el impacto institucional que tendrá quien asuma el mando.

En el centro de este debate está la necesidad de contar con una figura sólida, con experiencia comprobable y con un entendimiento profundo del contexto nacional. Los requisitos de la convocatoria incluyen una Licenciatura en Derecho con al menos diez años de antigüedad, buena reputación y compromiso democrático, parámetros que redujeron la lista a 43 nombres.

Sin embargo, el dato más revelador es que, dentro de esa lista, apenas seis mujeres cumplen con las condiciones y manifestaron su intención de competir. Por ello, la búsqueda de la nueva fiscal se ha convertido también en una conversación sobre participación femenina en las instituciones más poderosas del Estado.

¿Qué implica elegir a la nueva fiscal?

La selección de la nueva fiscal representa uno de los movimientos más relevantes del actual gobierno federal. La FGR es la institución responsable de la procuración de justicia, investigación de delitos federales y fortalecimiento del Estado de derecho. Su titular no solo administra una estructura compleja, sino que marca el rumbo de investigaciones de alto impacto. Por ello, cada aspirante ingresó a un escrutinio riguroso.

Entre los perfiles femeninos destaca Ernestina Godoy Ramos, figura conocida por su trayectoria jurídica y por ser la actual encargada de despacho de la FGR. A ella se suman Mirna Lucía Grande Hernández, Olimpia Griselda Puente Pineda, Luz María Zarza Delgado, Maribel Bojorges Beltrán y Sandra Luz González Mogollón. Estas aspirantes han logrado posicionarse en un proceso que, históricamente, ha estado dominado por hombres.

Con este escenario, la pregunta sobre si México está cerca de tener una nueva fiscal mujer no es solo retórica. Forma parte de una tendencia nacional para fortalecer la presencia femenina en cargos de primera línea. Sin duda, el Senado y el Ejecutivo tendrán un papel decisivo para observar si la paridad no solo se promueve, sino también se practica en instituciones clave.

La lista completa de los 43 aspirantes incluye perfiles académicos, exfuncionarios, litigantes, especialistas en derecho penal y abogados con amplia carrera en la administración pública. Entre ellos destacan figuras como Ricardo Peralta Saucedo, exadministrador general de Aduanas; Hamlet García Almaguer, exdiputado federal; César Mario Gutiérrez Priego, excandidato a ministro de la Suprema Corte; y Jorge Nader Kuri, académico y abogado reconocido.

Pero, pese a la variedad y solidez de trayectorias, el foco mediático se concentra en las seis mujeres y su posibilidad real de convertirse en la nueva fiscal. Esto no solo responde a su calidad profesional, sino al contexto político del país, donde los movimientos por igualdad han tomado más fuerza que nunca.

¿Por qué hay tan pocas mujeres aspirantes a nueva fiscal?

La explicación no es sencilla y tampoco única. Históricamente, la carrera jurídica en México ha tenido menos presencia femenina en sus niveles más altos. Aunque hay miles de abogadas en el país, la representación disminuye conforme los puestos implican mayor jerarquía. La titularidad de la FGR refleja esa brecha. Hoy, el hecho de que solo seis mujeres quieran convertirse en la nueva fiscal evidencia tanto avances como obstáculos.

La carga laboral desigual, los sesgos institucionales y la falta de redes profesionales similares a las que históricamente han beneficiado a hombres son factores que aún limitan las oportunidades. No obstante, el que existan seis aspirantes femeninas también es una señal de cambio. Todas ellas provienen de carreras sólidas y ofrecen perfiles que cumplen las exigencias técnicas de la convocatoria.

Aun así, el proceso no será sencillo. La Junta de Coordinación Política seleccionará al menos diez aspirantes para enviarlos a la Presidencia, encabezada por Claudia Sheinbaum. Después, la mandataria elegirá una terna que se presentará nuevamente ante el Senado. En ese trayecto, la fuerza de cada perfil determinará qué tan cerca están las candidatas de convertirse en la nueva fiscal del país.

El tema también ha generado debates sobre la necesidad de que México avance hacia una procuración de justicia donde las mujeres tengan roles fundamentales. La discusión sobre la igualdad no es solo simbólica; implica decisiones reales sobre quién investiga, sanciona y dirige la institución responsable de combatir los delitos más graves.

Un análisis más profundo permite observar que la elección de la nueva fiscal tendrá impacto directo en temas prioritarios como seguridad, combate a la corrupción, desapariciones y delitos federales. La persona que ocupe ese cargo será una pieza clave para el último tramo del sexenio y la construcción de confianza institucional hacia el futuro.

En este escenario, las mujeres aspirantes tienen la oportunidad de marcar un precedente histórico. En caso de que alguna sea elegida como nueva fiscal, se trataría de un hecho relevante en la procuración de justicia y un mensaje claro de evolución en materia de igualdad. La decisión final, no obstante, dependerá del análisis jurídico, político y técnico que se realice en las próximas semanas.

A medida que avanza el proceso, la conversación pública seguirá centrándose en quién reúne la experiencia, solidez y visión necesarias para liderar la FGR. Lo que sí es claro es que México se encuentra en un momento determinante. La posibilidad de tener una nueva fiscal es más real que en años anteriores, y esto abre una nueva discusión nacional sobre inclusión, justicia y equidad.

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