La estrategia de Trump: un espectáculo para alimentar su mito
Desde su regreso a la Casa Blanca, Donald Trump ha recurrido a una estrategia predecible pero efectiva: construir la imagen de un líder todopoderoso a través de decretos, discursos y decisiones drásticas. Sin embargo, detrás del show mediático, la realidad política de Estados Unidos es mucho más compleja y está lejos de darle el control absoluto que pretende proyectar.
En su análisis en The New York Times, el periodista Ezra Klein explica cómo la estrategia de Trump se basa en la repetición de una ficción: actuar como si fuera un rey para que la gente lo perciba como tal. Pero los hechos han demostrado que la política estadounidense no se rige por decretos unilaterales y que las instituciones han puesto frenos a sus intentos de consolidar un poder sin límites.
Los límites del poder de Trump: realidades que desmontan su narrativa
Aunque Trump ha firmado órdenes ejecutivas que afectan temas clave como:
- El derecho de ciudadanía por nacimiento
- El recorte de gasto público
- Los aranceles contra México y otros socios comerciales
Muchas de estas medidas han sido congeladas por jueces federales y enfrentan una creciente resistencia en el Congreso, incluso entre algunos republicanos.
Además, las políticas proteccionistas de Trump tienen efectos colaterales inevitables:
- Los aranceles aumentarán la inflación en EE.UU.
- El desmantelamiento del servicio público podría debilitar la administración gubernamental
- Su política migratoria enfrenta fuertes desafíos legales y políticos
Estos errores están generando un desgaste en su imagen y podrían convertirse en una crisis interna dentro de su administración.
México ante Trump: la importancia del tiempo y la estrategia
Ante esta situación, la peor respuesta que podría dar México es caer en la desesperación o alimentar el mito del poder absoluto de Trump.
El gobierno mexicano ha adoptado, hasta ahora, una postura firme pero cautelosa, evitando caer en provocaciones y manteniendo una estrategia basada en:
- Diálogo y cooperación para evitar choques innecesarios.
- Evitar bravuconerías que solo fortalecerían la retórica de Trump.
- Ganar tiempo mientras sus errores y contradicciones internas comienzan a debilitar su imagen.
Como diría el poeta Renato Leduc, México debe apostar a “la sabia virtud de conocer el tiempo”. Trump no es invencible y su estrategia de caos no puede sostenerse indefinidamente.
Actuar con inteligencia, no con miedo
La administración Trump busca proyectar una imagen de dominio absoluto, pero la realidad política estadounidense le impone límites claros. México debe resistir la tentación de responder con desesperación y, en cambio, jugar con inteligencia y paciencia.
El verdadero reto no es enfrentarse a un Trump invencible, sino esperar el momento oportuno para actuar con firmeza y sin caer en su juego político.
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