viernes, diciembre 19, 2025

Violenta protesta en Apatzingán tras asesinatos de Carlos Manzo y Bernardo Bravo

Apatzingán arde por los asesinatos de Carlos Manzo y Bernardo Bravo: pobladores incendian el Ayuntamiento y exigen justicia ante la ola de violencia en Michoacán.

Apatzingán en llamas: la furia que desató dos asesinatos

La noche en Apatzingán se tiñó de fuego y rabia. Lo que comenzó como una manifestación en busca de justicia terminó en una turba enfurecida que vandalizó y prendió fuego al Ayuntamiento de la localidad, epicentro de la región de Tierra Caliente, Michoacán.

El detonante: los asesinatos de Bernardo Bravo Manríquez, líder limonero reconocido en la zona, y Carlos Manzo Rodríguez, alcalde independiente de Uruapan. Ambos crímenes, ocurridos con días de diferencia, encendieron la indignación de los habitantes que hoy exigen respuestas a un gobierno que, según dicen, “se ha quedado de brazos cruzados ante la violencia”.

“Fuera Fanny”: la ira contra la alcaldesa morenista

La protesta que culminó en el incendio del Ayuntamiento tuvo un blanco claro: la alcaldesa de Apatzingán, Fanny Arreola Pichardo. Decenas de manifestantes marcharon por las principales calles del municipio gritando consignas contra la funcionaria y acusándola de inacción frente a la ola de asesinatos y extorsiones en la región.

Las paredes del edificio municipal fueron cubiertas con pintas, puertas y ventanas destruidas, y una manta colgada con la frase “Fuera Fanny”. Poco después, el enojo se transformó en fuego: la recepción del Palacio Municipal ardió entre gritos de justicia y desesperación.

“Ya estamos cansados de tanto miedo, de tantos muertos. Queremos justicia, no discursos”, se escuchó entre los manifestantes antes de que la protesta se desbordara.

Michoacán, entre el miedo y la impunidad

La violencia en Apatzingán es apenas una muestra del clima que vive Michoacán en los últimos meses. La región de Tierra Caliente se ha convertido en un campo de batalla entre grupos criminales como Los Blancos de Troya, Los Viagras y el Cártel Jalisco Nueva Generación, que se disputan el control de la extorsión a productores de limón y aguacate.

Bernardo Bravo fue víctima directa de esta guerra. El 19 de octubre fue asesinado tras ser obligado a asistir a una reunión con presuntos integrantes de Los Blancos de Troya. De acuerdo con las investigaciones, el autor intelectual del crimen sería César Sepúlveda Arellano, alias El Botox, líder del grupo y aliado del CJNG.

La ejecución del alcalde Carlos Manzo, por su parte, estremeció a todo Michoacán. Ocurrió la noche del sábado durante el Festival de Velas en Uruapan, un evento tradicional enmarcado en las celebraciones de la Noche de Muertos. Un sicario se acercó al edil y le disparó a quemarropa. El agresor fue abatido instantes después, pero su identidad sigue sin confirmarse.

Ola de disturbios también llega a Morelia

Mientras Apatzingán ardía, la capital michoacana tampoco escapó a la tensión. Entre domingo y lunes, grupos de jóvenes tomaron las calles de Morelia, atacaron el Palacio de Gobierno y el Congreso local, y exigieron justicia por los homicidios recientes.

Las autoridades estatales reportaron al menos 18 detenidos durante los disturbios, de los cuales ocho fueron puestos a disposición de la Fiscalía General del Estado. Sin embargo, las protestas no parecen detenerse.

“Los michoacanos ya no confían en nadie, ni en el gobierno estatal ni en los municipales”, señaló un comerciante de Morelia, que observó con preocupación cómo su ciudad volvía a revivir escenas de violencia.

Tierra Caliente, un territorio sin descanso

Michoacán lleva años atrapado entre el miedo y el crimen organizado. Las alianzas entre cárteles, la extorsión a productores y los asesinatos de líderes locales han generado un clima de inseguridad que amenaza con volverse cotidiano.

En Apatzingán, la violencia se respira desde hace décadas, pero los recientes asesinatos han reavivado una herida que nunca cerró. La población se siente desprotegida, mientras los criminales continúan imponiendo su ley en las calles y los campos.

El fuego en el Ayuntamiento no fue sólo un acto vandálico: fue un grito desesperado. Un recordatorio de que la rabia de un pueblo ignorado puede incendiar hasta los muros del poder.

Un llamado urgente a la justicia y la paz

El gobierno estatal y federal han prometido reforzar la seguridad en Michoacán, pero los habitantes piden resultados, no discursos. Los asesinatos de Bernardo Bravo y Carlos Manzo se han convertido en símbolos de un dolor colectivo que atraviesa todo el estado.

Mientras tanto, Apatzingán intenta apagar las llamas físicas y emocionales que dejó la turba. Lo que ocurrió no fue solo un ataque al Ayuntamiento, sino una manifestación del hartazgo ante una violencia que parece no tener fin.

Michoacán clama por justicia, por paz y por un futuro donde su gente no tenga que vivir entre balas y miedo.

Giovanna Cancino
Giovanna Cancino
Giovanna Cancino es una experimentada profesional de la comunicación, Licenciada en Ciencias y Técnicas de la Comunicación. Con más de una década de trayectoria en medios impresos y digitales, se ha consolidado como reportera y editora. Su profundo conocimiento se refleja en sus colaboraciones en la sección deportiva 'Sport Judge', así como en las importantes secciones Nacional e Internacional, asegurando una cobertura fiable y relevante para nuestros lectores.
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