Durante años, el trabajo dentro de los hogares fue visto como un gesto de amor, una responsabilidad “natural” o una tarea que se resuelve sola. Pero los números cuentan otra historia, pues detrás de cada comida caliente, cada uniforme limpio, cada niño cuidado y cada adulto mayor acompañado, existe un aporte económico que sostiene al país, aunque nadie lo registre en un recibo de nómina.
La nueva edición de la Cuenta Satélite del Trabajo No Remunerado de los Hogares de México (CSTNRHM) revela con precisión lo que muchos ya intuían: sin el trabajo no remunerado, la economía mexicana no podría funcionar. Y,aun así, sigue siendo una labor mayormente invisible, cargada en los hombros de las mujeres.
Las cifras del INEGI ponen magnitud a este trabajo y obligan a mirar hacia dentro de los hogares, donde se juega una de las desigualdades más profundas del país.
Economía de 8 billones de pesos
El informe señala que, durante 2024, las personas de 12 años y más generaron 8 billones de pesos en labores domésticas y de cuidados. Dicho así, la cifra parece abstracta, enorme pero difícil de dimensionar. Hasta que se compara.
Ese monto representa 23.9% del Producto Interno Bruto (PIB). Es decir, si el trabajo doméstico y de cuidados fuera una actividad económica formal, sería una de las más grandes del país, más importante que la manufactura (20.1%) y que el comercio (18.7%).
De esta manera, la vida económica de México descansa en un trabajo que no se paga y se recarga en los hombros de las mujeres, que aportan 73 de cada 100 horas. A pesar de que cada vez más hombres participan en las tareas del hogar, la desigualdad sigue siendo evidente. Y eso tiene un impacto directo en sus vidas, pues significa menos tiempo para estudiar, para descansar, para crecer profesionalmente o para participar plenamente en el mercado laboral. Significa, también, cargar con una responsabilidad que la sociedad da por sentada.
El INEGI revela que, en tareas como alimentación o cuidado de ropa, las mujeres aportan más del 78% del valor total. Y, cuando hay niños pequeños, la carga se multiplica. Tener niñas o niños menores de seis años lo cambia todo. Según estos nuevos datos, las mujeres que viven en hogares con menores pequeños generan un valor anual promedio de 111,032 pesos en trabajo doméstico y de cuidados. Los hombres, 38,586 pesos, es decir, las mujeres aportan casi el triple.
Ser madre, cuidadora, administradora del hogar y, en muchos casos, trabajadora remunerada al mismo tiempo, tiene un costo que pocas estadísticas retratan con tanta claridad.
Estados donde el trabajo del hogar pesa más
Cuando se revisa el valor del trabajo no remunerado a nivel nacional, los estados más poblados encabezarán la lista por volumen total: Estado de México, Ciudad de México, Jalisco, Veracruz y Nuevo León. Pero cuando se compara el valor del trabajo doméstico con el PIB estatal, aparecen cinco entidades donde el trabajo del hogar equivale a casi la mitad (o más) de la actividad económica: Chiapas: 58.4%, Guerrero: 50.3%, Tlaxcala: 46.9%, Oaxaca: 42.9%, Hidalgo: 38.9%
En estas regiones, el trabajo dentro de los hogares sostiene buena parte de la vida económica, aun sin aparecer en las cuentas oficiales del mercado.
El trabajo invisible de las niñas y los niños
La encuesta también mide la participación de menores de entre 5 y 11 años. Cada niña destina 4.6 horas semanales a labores domésticas; cada niño, 3.6 horas.
Su aportación económica equivale al 0.3% del PIB, y aunque el porcentaje parece pequeño, abre la conversación sobre la naturalización de la participación infantil en tareas que deberían ser acompañadas y revisadas para evitar riesgos y sobrecargas.
‘SI SE PAGARA, EL PAÍS COLAPSARÍA’, ADVIERTE ESPECIALISTA
Para dar contexto, consultamos a María Fernanda Ortega, economista y especialista en economía del cuidado.
“La economía mexicana vive gracias a un subsidio invisible: el trabajo de las mujeres dentro de los hogares. Si se pagara todo ese trabajo, el país tendría que destinar más de una cuarta parte de su economía. Estamos hablando de un sistema que se sostiene con un esfuerzo no reconocido y que, además, limita las oportunidades laborales de quienes más aportan”, dice.
Hablar de trabajo no remunerado no es hablar de ayuda, ni de “echar la mano”. Es hablar de una responsabilidad que debe ser compartida y reconocida. Es aceptar que el país avanza sobre un terreno desigual y que, para equilibrarlo, se necesitan políticas públicas, programas comunitarios y cambios dentro de cada familia.
“Estos datos son un retrato claro de la desigualdad de género. Mientras no se redistribuya el trabajo del hogar, la brecha en ingresos, liderazgo profesional y autonomía económica seguirá sin cerrarse”, añade.
Según los datos del INEGI, el 73.8% de las horas de trabajo doméstico y de cuidados son realizadas por mujeres, así que el 72.6% del valor económico generado también proviene de ellas y son precisamente las mujeres las que aportan 2.7 veces más valor que los hombres.
¿EN QUÉ GASTAMOS MÁS TIEMPO DENTRO DEL HOGAR?
No todas las tareas pesan igual. Algunas actividades consumen más tiempo, energía y recursos. Según el documento, estas son las funciones que más valor generan:
- Limpieza y mantenimiento de la vivienda: 26.8%
- Cuidados y apoyo (niñas, niños, personas enfermas, adultos mayores): 23.6%
- Alimentación: 23%
- Compras y administración del hogar: 10.4%
- Trabajo voluntario y ayuda a otros hogares: 8.7%
- Ropa y calzado: 7.5%
¿CUÁNTO ‘VALE’ CADA PERSONA DENTRO DEL HOGAR?
- Mujeres: 82,339 pesos
- Hombres: 34,695 pesos
