Proyecto devastaría selva en Cancún para extraer materiales destinados al Tren Maya

La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) recibió la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) del Banco de Extracción de Materiales Pétreos San José, un proyecto que busca devastar más de 44 hectáreas de selva en el municipio de Benito Juárez (Cancún).

El trámite, ingresado por José Antonio Millet Palomeque y sus socios, busca la autorización de cambio de uso de suelo en Quintana Roo, con el objetivo de extraer materiales para la Terminal Multimodal Cancún del Tren Maya.

De acuerdo con el documento, la superficie solicitada corresponde a selva mediana subperennifolia, un ecosistema característico de la región, con árboles que alcanzan entre 25 y 35 metros de altura. La propuesta contempla el desmonte y despalme de la vegetación para preparar el terreno.

La afectación directa sería sobre 44 hectáreas dentro de un polígono de más de 500 hectáreas, conocido como predios San José y El Volante.

Relación con el Tren Maya

El proyecto está vinculado de manera directa al Tren Maya, pues los materiales pétreos se utilizarían para construir la Terminal Multimodal Cancún del Tramo 5 Norte.

Aunque la Secretaría de Ecología y Medio Ambiente de Quintana Roo (SEMA) ya otorgó un permiso para la extracción de pétreos, la autorización federal de cambio de uso de suelo aún está en revisión.

Inversión y mitigación propuesta

El proyecto estima una inversión de 30 millones de pesos y una vida útil de 24 meses. Sus promoventes proponen medidas como rescate y reubicación de flora y fauna en zonas cercanas, uso de agua tratada para humedecer suelos y reducir polvo, campañas de educación ambiental entre trabajadores y manejo controlado de residuos y combustibles.

La Semarnat deberá decidir si autoriza o no el proyecto, en un proceso que podría incluir consulta pública. Mientras tanto, la discusión ya encendió la alarma sobre la deforestación en Cancún y sus consecuencias a largo plazo.

IMPACTO AMBIENTAL DEL PROYECTO SAN JOSÉ

• Pérdida de hábitat para aves, reptiles y mamíferos.

• Alteración de mantos acuíferos y riesgo de contaminación en cenotes y cuevas.

• Polvo, ruido y vibraciones que afectan a la fauna silvestre.

• Fragmentación de la selva, debilitando la conectividad ecológica.

• El impacto se magnifica porque los suelos de Quintana Roo son delgados y permeables, lo que aumenta el riesgo de que la extracción afecte directamente al agua subterránea.

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