Estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa realizaron este sábado un acto simbólico frente al Palacio de Gobierno de Chilpancingo, colocando una ofrenda de Día de Muertos en memoria de sus compañeros caídos durante los últimos años. La actividad combina protesta y homenaje, reafirmando la lucha por la verdad y la justicia en Guerrero.
Los normalistas señalaron que esta tradición busca mantener viva la memoria de los compañeros asesinados y recordar a la sociedad que la exigencia de justicia sigue vigente. La ofrenda también sirve como un recordatorio del contexto de violencia y los desafíos que enfrentan las comunidades educativas rurales en México.
Detalles de la ofrenda frente al Palacio de Gobierno
Alrededor del mediodía, los estudiantes montaron un altar decorado con flores de cempasúchil, traídas desde Tixtla, su lugar de origen. El altar incluía veladoras, fotografías, ataúdes simbólicos y una alfombra de aserrín con mensajes de denuncia sobre las condiciones de violencia que han marcado la historia reciente de los normalistas de Ayotzinapa.
Encima del altar, colocaron un arco con la palabra “Ayotzinapa”, como símbolo de unidad y de exigencia de justicia frente al gobierno estatal. Este acto se convirtió en un espacio donde la memoria y la protesta se entrelazan, reflejando la identidad y los valores de la comunidad estudiantil.
Memoria de los normalistas caídos
Los alumnos rindieron homenaje a los compañeros asesinados en distintos momentos de su lucha. En una manta roja se pudieron leer los nombres de:
- Julio César Mondragón
- Julio César Ramírez Nava
- Daniel Solís Gallardo
- Jonatan Morales
- Filemón Tacuba Castro
- Gabriel Echeverría
- Eugenio Tamarit Huerta
- Freddi Fernando Vázquez Crispín
- Yanqui Kothan Gómez Peralta
Estos nombres representan la historia de represión y violencia que ha afectado a la Normal Rural de Ayotzinapa y sus estudiantes. La ofrenda busca que la sociedad y las autoridades recuerden la importancia de mantener viva la memoria de quienes perdieron la vida defendiendo la educación y los derechos humanos.
Día de Muertos como acto de protesta
Como cada año, los estudiantes eligieron el Día de Muertos para realizar su manifestación, utilizando los elementos tradicionales de esta celebración mexicana como flores, velas y alfombra de aserrín. Sin embargo, en este caso, el acto trasciende lo cultural y se convierte en una denuncia pública sobre las agresiones y homicidios que han sufrido los normalistas.
Este enfoque permite a los estudiantes transmitir un mensaje claro: la memoria histórica y la exigencia de justicia son inseparables. Además, la actividad refleja el compromiso de la comunidad estudiantil con la defensa de los derechos humanos y con la lucha contra la impunidad.
Importancia de la visibilización
El montaje del altar frente al Palacio de Gobierno de Chilpancingo es también un gesto de visibilización. Al colocar la ofrenda en un espacio público, los estudiantes buscan que la sociedad y las autoridades locales reconozcan la importancia de la memoria histórica y atiendan las demandas de justicia.
Este acto se inscribe en una larga tradición de movilización social de los normalistas, quienes a través de ofrendas, marchas y manifestaciones, han logrado mantener viva la atención sobre los casos de violencia que han marcado su comunidad.
Compromiso con la educación y la justicia
Los normalistas destacaron que su actividad no se limita a la protesta, sino que también refuerza su compromiso con la educación y la formación cívica. La ofrenda simboliza que, a pesar de los años y de los hechos trágicos, la comunidad estudiantil sigue luchando por un país más justo, donde se respeten los derechos humanos y la memoria de quienes han caído en la lucha por la educación y la igualdad.
Este acto también envía un mensaje a otras comunidades educativas sobre la importancia de mantener viva la historia y la identidad, recordando que la educación rural y la protesta social forman parte de un legado que busca transformar la realidad del país.
La colocación de la ofrenda de Día de Muertos por los normalistas de Ayotzinapa frente al Palacio de Gobierno en Chilpancingo es un acto que combina memoria, protesta y exigencia de justicia. Los estudiantes honran a sus compañeros caídos y visibilizan las condiciones de violencia que afectan a la comunidad, reafirmando su compromiso con los derechos humanos y con la educación.
Este tipo de actos demuestra que, a pesar del paso del tiempo y de los desafíos, la memoria histórica y la lucha por la justicia siguen siendo pilares fundamentales para los normalistas, recordando a la sociedad que la búsqueda de la verdad y la reparación del daño siguen vigentes.


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