El municipio de Jiutepec, en la zona conurbada de Cuernavaca, vive una crisis de inseguridad que parece no tener fin. Los enfrentamientos entre grupos criminales, el abandono institucional y una planeación urbana deficiente han convertido a esta región en uno de los lugares más peligrosos de Morelos.
En noviembre, la masacre de nueve jóvenes en una bodega de la colonia Vistahermosa puso de manifiesto la magnitud del problema. Los cadáveres, hallados con pipas de cristal en las manos, fueron atribuidos a un enfrentamiento entre células de Los Linos y la Familia Michoacana, dos organizaciones criminales que disputan el control del territorio.
Legado de violencia: el impacto del sexenio de Cuauhtémoc Blanco
La administración de Cuauhtémoc Blanco dejó a Morelos sumido en un coctel explosivo de inseguridad. Grupos criminales como Los Linos, originarios de Guerrero, expandieron su control sobre siete municipios del estado, incluyendo Jiutepec.
El abandono institucional y la inoperatividad de la Comisión Estatal de Seguridad, encabezada por José Antonio Ortiz Guarneros, agravaron la crisis. Mientras tanto, las autoridades locales fueron incapaces de frenar el crecimiento de delitos como:
- Homicidio
- Narcomenudeo
- Cobro de piso
- Violencia familiar
- Robo a casa habitación
Los Linos y la Familia Michoacana: el dominio del crimen organizado
Los Linos, aliados históricos de Guerreros Unidos, se asentaron en Jiutepec hace una década tras una serie de enfrentamientos con grupos como Los Rojos y Los Colombianos. Durante el gobierno de Blanco, extendieron su control a municipios clave, pero ahora enfrentan la llegada de la Familia Michoacana, que busca desplazar a los grupos locales.
La masacre de Vistahermosa
El 30 de noviembre, una bodega utilizada como punto de consumo de cristal fue escenario de una masacre. Las autoridades encontraron los cadáveres de nueve jóvenes, alineados y marcados con letras, un acto que evidencia la brutalidad de la disputa territorial.
Jiutepec: un municipio al borde del colapso
La inseguridad en Jiutepec no se limita al narcotráfico. Colonias como Morelos, Porvenir, Otilio Montaño y Civac han visto un incremento alarmante en delitos como robos, ejecuciones y asaltos a bancos.
Crisis en infraestructura y servicios
La falta de planeación urbana y servicios básicos ha exacerbado la situación. Jiutepec enfrenta problemas de hacinamiento, deficiencia en alumbrado público y escasez de agua potable, lo que lo convierte en terreno fértil para el crimen organizado.
Ataques recientes
- Tres cajeros automáticos fueron robados en una sola noche.
- Ejecuciones simultáneas se reportaron en varias colonias.
- Más de siete sucursales bancarias han sido asaltadas este año.
La falta de confianza en las autoridades
Los asesinatos de la comandanta Diana Arilia “N” y el atentado contra el director operativo Carlos Pedraza son evidencia de que incluso las autoridades locales están en riesgo. La detención de Azeneth “N”, agente vinculada al asesinato de su superior, muestra cómo el crimen organizado ha infiltrado instituciones de seguridad pública.
El futuro de Jiutepec: ¿hay solución?
La espiral de violencia en Jiutepec no tiene una solución sencilla, pero expertos coinciden en algunos pasos clave:
- Fortalecimiento institucional: Es urgente reconstruir la confianza en las instituciones locales y estatales.
- Presencia federal: La intervención de fuerzas federales puede ser un paliativo para desmantelar los grupos criminales.
- Inversión en infraestructura: Mejorar servicios básicos y crear oportunidades económicas es esencial para reducir el reclutamiento en el crimen organizado.
- Colaboración interestatal: La violencia en Jiutepec no es un fenómeno aislado. Se requiere coordinación con Guerrero y el Estado de México para abordar la raíz del problema.
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