Inegi asume medición de pobreza: así operará tras absorber al Coneval

Inegi asume medición de pobreza: así operará tras absorber al Coneval
La nueva unidad del Inegi medirá pobreza con expertos del Coneval y ajustará presupuesto sin afectar calidad ni transparencia en los indicadores sociales.

Una nueva era en las estadísticas sociales mexicanas

La historia comenzó con una noticia que reconfigura la forma en que México mide uno de sus retos más complejos: la pobreza. Tras la desaparición del Coneval, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) absorbió la responsabilidad de evaluar y medir los indicadores clave de la política social. Esta transición no solo marca un hito institucional, sino que pone a prueba la confianza en la transparencia, metodología y rigor técnico que exige un país con grandes brechas sociales.

Una unidad especializada con experiencia heredada

Graciela Márquez Colin, presidenta del Inegi, fue clara: el 99% del nuevo equipo proviene del antiguo Coneval. Solo una persona es parte del personal original del Inegi. El mensaje es contundente: el expertise técnico no se pierde, se traslada. La creación de esta unidad especializada en medición de pobreza y evaluación de política social busca garantizar continuidad, sin reinventar metodologías ni comprometer la calidad de la información.

Pero el cambio no solo es de nombres. Es estructural. La infraestructura del Inegi permite prescindir de gastos innecesarios como renta de edificios, lo cual influirá directamente en el presupuesto. Aunque Hacienda no les otorgará los 400 millones que tenía el Coneval, la eficiencia operativa del Instituto podría cubrir sin problemas las nuevas responsabilidades.

¿Qué cambiará en los indicadores clave?

El Inegi mantendrá, sin alteraciones metodológicas, tres publicaciones clave que antes hacía el Coneval:

  • 11 de agosto: Publicación de las líneas de pobreza con base en el INPC.
  • 13 de agosto: Publicación de la pobreza multidimensional, que se mide cada dos años.
  • 30 de julio: Presentación de la ENIGH (Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares), insumo fundamental para la medición.

Además, se medirá la pobreza laboral, manteniendo la metodología y frecuencia anteriores. Según Márquez Colin, los usuarios de la información no verán diferencias en los estándares técnicos.

Un enfoque integral, más allá de la pobreza

Aunque el foco mediático está en la pobreza, el Inegi tiene en sus manos 198 programas estadísticos y geográficos. Márquez Colin subrayó que la confianza no se construye con un indicador aislado, sino con consistencia y apertura en todos los productos que ofrece el Instituto.

También destacó que áreas como la comunicación, los laboratorios de datos y microdatos, así como los sistemas informáticos robustos del Inegi, reforzarán esta nueva etapa.

Confianza, eficiencia y continuidad: el nuevo rostro de la política social

La absorción del Coneval por parte del Inegi es más que una reestructura. Es un ensayo institucional sobre cómo fusionar capacidades sin perder legitimidad. La presidenta del Inegi reiteró que se mantendrán los estándares técnicos que han caracterizado a ambas instituciones, al tiempo que se reducirá el gasto público.

Esta transformación será visible a partir de agosto, cuando se publique la primera batería de datos bajo esta nueva configuración. Y con ello, la ciudadanía podrá evaluar si el cambio fue, en efecto, para bien.

¿Qué significa esto para México?

La medición de pobreza no solo es una cifra. Es una brújula que guía decisiones de política pública, distribución de recursos y evaluación de gobiernos. El reto del Inegi será doble: mantener la solidez metodológica y fortalecer la confianza en cada publicación. Porque en una democracia, los datos también son poder.

Salir de la versión móvil