Guardia Nacional ignora denuncia de acoso en Chapultepec

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Chapultepec, un espacio emblemático para la recreación y el ejercicio en la Ciudad de México, se convirtió en el escenario de un acto de acoso sexual que terminó por exponer las graves fallas en el sistema de seguridad pública. Una mujer fue víctima de agresión sexual mientras corría en la primera sección del Bosque de Chapultepec, y la respuesta de las autoridades solo agravó la situación.

Este caso no es aislado, pero su relato deja al descubierto un problema estructural: la falta de protocolos efectivos con perspectiva de género en espacios públicos.

El ataque y una víctima revictimizada

La agresión comenzó cuando un hombre empezó a masturbarse mientras filmaba a una mujer que corría por los caminos internos del bosque. Al notar la amenaza, la víctima intentó buscar ayuda en un puesto de bicicletas cercano, pero el personal no tuvo una respuesta efectiva:

“Me dijeron que no podían ayudarme porque no podían dejar el puesto”.

Al sentirse completamente impune, el agresor continuó acosándola e incluso la siguió hasta el puesto de bicicletas, donde persistió en su conducta violenta.

La Guardia Nacional, ausente en su función

En su intento desesperado por buscar apoyo, la mujer se acercó a elementos de la Guardia Nacional. Sin embargo, lo que debería haber sido un momento de alivio se convirtió en una nueva experiencia de revictimización:

  • Primera respuesta: Los oficiales le dijeron que no podían ayudarla si estaba “histérica”.
  • Negación de apoyo: Al insistir en que había sido víctima de agresión sexual, la respuesta fue que no la atenderían si continuaba “gritando”.

Este episodio refleja la falta de capacitación con perspectiva de género en las fuerzas de seguridad pública, dejando a las víctimas en una situación de total indefensión.

Denunciar sin ser escuchada

Después de no recibir ayuda por parte de la Guardia Nacional, la víctima intentó acercarse a las autoridades del Bosque de Chapultepec. Inicialmente fue atendida por una abogada, pero un funcionario la obligó a trasladarse al Ministerio Público, pese a que ella expresó que no deseaba presentar una denuncia penal.

“Yo expliqué que no era la atención que quería, que mi agresor ya se había escapado”.

Este tipo de respuestas no solo obstaculizan el acceso a la justicia, sino que también muestran cómo se desestima la experiencia y las necesidades inmediatas de las víctimas.

¿Qué se necesita para proteger a las mujeres en espacios públicos?

La experiencia de esta mujer evidencia una urgente necesidad de cambios estructurales para garantizar la seguridad en espacios públicos como Chapultepec:

  1. Capacitación con perspectiva de género: Las fuerzas de seguridad deben recibir formación para atender casos de violencia de género de manera efectiva y sensible.
  2. Protocolos claros: Es necesario establecer procedimientos específicos para responder a emergencias en espacios públicos, sin obligar a las víctimas a denunciar penalmente.
  3. Monitoreo y registro: Los casos deben ser documentados, independientemente de la presentación de una denuncia penal, para prevenir futuros actos de violencia.
  4. Mayor vigilancia: Incrementar la presencia de personal capacitado en áreas concurridas y vulnerables.

Más allá de las cifras: la seguridad como prioridad

Los actos de acoso y violencia en espacios públicos no pueden ser ignorados. La violencia de género no debe limitarse a estadísticas de denuncias, pues las autoridades deben implementar medidas preventivas y responder de manera inmediata a las necesidades de las víctimas.Si la Guardia Nacional no está preparada para proteger a las mujeres en un lugar tan emblemático como Chapultepec, se pone en duda su capacidad para garantizar la seguridad en otros espacios.

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