Luis R. Conríquez, una de las figuras más influyentes del regional mexicano, se encuentra en medio de la polémica tras recibir abucheos en un concierto en Texcoco, Estado de México. ¿La razón? Se negó a interpretar narcocorridos, un subgénero que, si bien le dio popularidad, hoy lo enfrenta con las tensiones políticas y sociales del país. Y fue tal el impacto, que el cantante decidió enviar un mensaje directo a la presidenta de México, Claudia Sheinbaum.
¿Qué le dijo Luis R. Conríquez a Claudia Sheinbaum?
La presidenta había asegurado que los narcocorridos no estaban prohibidos, pero Luis R. Conríquez quiso ir más allá de la polémica y aclarar su postura. En una entrevista, el artista explicó que su intención no es promover violencia, sino adaptarse a lo que el público quiere escuchar. Su mensaje fue directo pero conciliador:
“Yo le diría que ya lo que canta uno, lo que la gente quiere escuchar, pues ya que nos dejen cantarlo… poco a poco podemos evolucionar eso, sin de golpe querer cambiar las cosas”.
Luis reconoció que está dispuesto a sumarse a iniciativas como “México Canta”, siempre que exista un puente de entendimiento entre las políticas culturales y lo que el público demanda en los escenarios.
El origen de la controversia: la noche en Texcoco
El detonante de toda esta situación fue un concierto reciente en Texcoco. La audiencia, visiblemente molesta por la ausencia de narcocorridos en el repertorio, arrojó vasos de cerveza al escenario. El artista optó por abandonar el concierto antes de que la situación escalara.
“Me agüité, la neta. Nunca me había pasado algo así. Ver el desastre que pasó por no cantar unos temas… Fue muy fuerte.”
El respaldo de sus colegas y su mensaje de superación
Conríquez confesó que este episodio lo dejó con sentimientos encontrados. Sin embargo, destacó el apoyo que recibió por parte de colegas de distintos géneros. Figuras como Alejandro Fernández y Edén Muñoz lo animaron en privado, demostrando que la comunidad musical se mantiene unida, más allá de estilos o ideologías.
Recordó también que su carrera comenzó con canciones de superación personal y que el fenómeno de los corridos explícitos fue simplemente una respuesta a la demanda del mercado:
“Uno se va subiendo a un tren para no quedarse atrás.”
El dilema entre libertad artística y políticas públicas
Este caso reabre el debate sobre la libertad artística en México. Mientras el gobierno busca fomentar contenidos más positivos con programas como “México Canta”, los artistas señalan que deben responder a las preferencias del público, muchas veces arraigadas en la realidad social.
Una industria en transformación
Lo ocurrido con Luis R. Conríquez es más que un incidente aislado. Es una fotografía del momento cultural que vive México, donde la música popular, las políticas públicas y las emociones del público chocan y dialogan a la vez.
La voz de Luis no solo representa a un artista censurado, sino a muchos que se preguntan: ¿dónde está la línea entre lo que se canta y lo que se permite cantar?
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