La reciente partida de la periodista y escritora Ernestina Sodi ha reavivado el interés en su impactante libro, Líbranos del mal (2006), donde narra con crudeza el secuestro que sufrió en 2002 junto a su hermana, la actriz Laura Zapata. La obra expone no solo los momentos de terror vividos durante esos días de cautiverio, sino también el conflicto familiar que desencadenó, sumiendo a la familia Sodi en una controversia pública y en tensiones profundas que perduraron años.
El secuestro que conmocionó a México: Líbranos del mal y su impacto
El 22 de septiembre de 2002, Ernestina Sodi y Laura Zapata salían del Teatro San Rafael en Ciudad de México cuando fueron interceptadas por hombres armados y llevadas a la fuerza. Lo que empezó como una noche común se convirtió en una pesadilla, donde el miedo a morir se hacía cada vez más real. En Líbranos del mal, Sodi revive el terror y la incertidumbre, con un estilo narrativo que sumerge al lector en cada momento de angustia.
Uno de los fragmentos iniciales del libro refleja el sentimiento premonitorio de Ernestina la noche del secuestro. Al elegir su ropa sin imaginar que sería secuestrada, la escritora cuestiona lo inesperado de la vida: “¿Cuánta gente escoge la ropa con la que va a morir?”, reflexiona en el libro. Vestida con un traje negro y botas largas, describe cómo la elegancia de su atuendo contrasta con el terror de la situación, un inicio que atrapa al lector y marca el tono sombrío del resto del relato.
Entre la vida y la muerte: el miedo en su máxima expresión
Durante el secuestro, Sodi describe cómo el pánico invadió cada rincón de su ser. En uno de los fragmentos más impactantes de la obra, relata el momento en que los secuestradores rompieron la ventana del coche con un martillo, apuntándolas con pistolas:
“Siento mi respiración cortada por el miedo… El aire me recuerda que debo respirar para que mi vida se mantenga… La adrenalina me invade el cuerpo con una sensación de adormecimiento y de calor. Me siento como si hubiera tomado alguna droga, mi corazón se acelera, parece que desea salirse del cuerpo”.
Estos detalles capturan la intensidad del miedo que enfrentó y sumergen al lector en el horror de una situación donde la vida parecía pender de un hilo. A través de esta narración, Ernestina Sodi logra transmitir lo que significa enfrentar el miedo en su forma más pura, un sentimiento que, como ella describe, “es una agitación por la perspectiva de un mal futuro que puede causar muerte o dolor”.
Los días en cautiverio: un testimonio de resiliencia y miedo
Durante su cautiverio, Ernestina vivió un conflicto interno que la llevó a cuestionar su destino y sus posibilidades de supervivencia. Las horas se transformaron en eternidades de miedo y angustia. Uno de los pasajes más conmovedores refleja su desesperación y las dudas sobre si saldría con vida de esa experiencia:
“Tengo miedo de morir, están armados. Me han puesto una pistola en la cabeza en el momento de la caza… ´Ernestina´, me digo de nuevo, ´no hables, no llores, no digas nada, tranquila, todo está bien, tranquila, el infinito tiene fin”.
La crudeza de estas palabras permite vislumbrar el estado mental de Sodi en esos momentos. Entre el miedo y la esperanza, el fragmento muestra cómo intentaba mantenerse en calma, con la resignación de que su vida estaba en manos de sus captores.
La liberación de Laura Zapata y el conflicto familiar
Uno de los elementos que generó mayor controversia en Líbranos del mal es el hecho de que Laura Zapata fue liberada antes que Ernestina, una decisión de los secuestradores que buscaban facilitar el pago del rescate. La obra sugiere que este hecho sembró en Sodi dudas sobre el papel de su hermana en el secuestro, llegando a plantear si Zapata pudo haber tenido alguna participación o si habría intentado beneficiarse económicamente de la situación. Estas sospechas desataron un conflicto familiar que se volvió mediático, fracturando la relación entre ambas.
Este aspecto del libro ha sido uno de los más comentados, ya que revela el impacto emocional del secuestro en las relaciones familiares. La tensión y el dolor se reflejan en las páginas de Líbranos del mal, donde Ernestina relata las secuelas psicológicas y la pérdida de confianza que el secuestro dejó en su familia.
El impacto en Camila Sodi: una hija afectada por el terror
El secuestro también afectó profundamente a Camila Sodi, la hija mayor de Ernestina, quien en ese momento era solo una adolescente. La autora describe cómo su hija reaccionó ante la noticia del secuestro, capturando la desesperación de una niña al recibir una noticia tan devastadora:
“Mi hija nota algo raro y pregunta por mí… Ella se pone como loca y se pone a rasguñarse los brazos y a gritar: ‘¡Mamita, no, mamita, no!’”.
Este testimonio permite ver cómo el secuestro no solo marcó a Ernestina, sino que también dejó una profunda herida en su familia, afectando a Camila y a sus seres queridos.
Un legado marcado por el dolor y la valentía
La muerte de Ernestina Sodi trae de vuelta uno de los capítulos más oscuros y dolorosos de su vida, pero también recuerda su valentía al exponer su experiencia de secuestro en Líbranos del mal. Su libro se convirtió en un relato que denuncia la violencia y la vulnerabilidad en México, ofreciendo una perspectiva cruda de lo que significa ser víctima de un secuestro.
A través de sus palabras, Sodi se convirtió en una voz que dio visibilidad a las víctimas de la violencia, dejando un testimonio que, aunque marcado por el dolor, también es un símbolo de resiliencia y de lucha por superar uno de los traumas más profundos de su vida.
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