
Cuentos cortos: Cuando Krishna quiere...
Cuentos Cortos por Lidia Sanciprián, escritora y columnista invitada en LA VERDAD.
Twitter: @rsanciprian2

Cuentos cortos: Cuando Krishna quiere...
Tushita era la amante de Sanyé. Ella de 22 años; él de 24, cada uno estaba casado por todas las leyes hindúes pero nada impidió que se enamoraran e iniciaran una relación oculta.
- ¿Que gran fortuna sería elegir a quien amar?
Afirmaba Tushita mirando al cielo. Ella contrajo matrimonio a los 14 años con un hindú que conoció el día de su boda.
Sanyé por su parte se casó a los 16 años con una mujer elegida por sus padres.
Él era masajista ayurveda y Tushita era su asistente, ambos compartían el gusto por el servicio y trabajaban en la clínica de caridad. Hubo una atracción mutua, que representaba su gloria y su desgracia.
Tushita tenía permiso de trabajar por parte de su esposo, ganaba unas cuantas rupias que servía para ayudar a la familia, ella obedecía a su esposo, cuñados y suegros.
Llevaba un bindi a la mitad de la frente, (un pequeño círculo color rojo) que significaba que estaba casada, se vestía con un sari de 15 metros que envolvía su cuerpo y no podía salir a la calle sola.
Cuando lo hacía debía llevar el rostro discretamente cubierto.
Ambos sabían que los matrimonios arreglados por su padres funcionaban porque así había sido durante siglos.
Tushita una mañana llegó con una bolsa un poco más voluminosa de lo normal y le dijo a Sanyé.
¡Hoy es el día vámonos de aquí a donde tu quieras!
En el corazón de Sanyé ella era el amor de su vida sin ninguna duda, la abrazó y le dijo:
-¡Tú y yo ya nos hemos ido y muy lejos! más allá de donde han estado todos los nuestros, el verdadero amor no daña nada ni a nadie, Krishna está viendo.
Trabajaron 10 años más en aquella clínica y se siguieron amando, hasta que Krishna, dios del gozo y el amor, finalmente decidió juntarlos, la esposa de Sanyé murió y para entonces el esposo de Tushita la había dejado, la familia consintió que ella partiera y pudieron por primera vez caminar por las calles tomados de la mano. Su primera salida pública fue al templo de Krishna para llevar flores, incienso y comida.
Bodhgaya, India 2011
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