
Alerta en los mercados: precio de la carne alcanza su nivel más alto por tormenta perfecta
En las últimas semanas, los consumidores mexicanos han enfrentado una noticia nada grata al visitar carnicerías y supermercados: el precio de la carne de res se ha disparado como nunca antes. Lo que para muchos era un ingrediente básico en la mesa familiar, hoy se ha convertido en un lujo que amenaza con desbalancear la economía del hogar.
La Asociación Mexicana de Productores de Carne (AMEG) lo explica con claridad: no se trata de un solo factor, sino de una auténtica tormenta perfecta, donde sequías prolongadas, escasez regional, mayores costos de producción y aumento del consumo se conjugaron para llevar al kilo de carne hasta los 203.4 pesos, cuando hace un año rondaba apenas los 178.3 pesos.
Sequía en el norte: el corazón ganadero bajo amenaza climática
Los principales estados ganaderos del norte del país –Sonora, Chihuahua, Coahuila, Durango y Tamaulipas– viven desde hace años una sequía severa. Las lluvias escasas no sólo redujeron el volumen de agua disponible para el ganado, sino que también impactaron en la producción de granos, forrajes y pasturas, imprescindibles para criar reses de calidad.
Este fenómeno no es exclusivo de México. Estados Unidos y Canadá, socios clave en el mercado regional, han reportado también afectaciones similares. ¿El resultado? Poca oferta de ganado disponible para sacrificio, lo que presiona al alza el costo de cada res en pie y, finalmente, el precio al consumidor final.
Costos agrícolas al alza: la alimentación del ganado también encareció
Como fichas de dominó, los factores se van encadenando. La misma sequía que reduce el número de animales disponibles golpea directamente los costos de su alimentación: maíz, sorgo, alfalfa y otros insumos agrícolas han aumentado de precio, lo que eleva el gasto de engorda para los productores.
Con márgenes más estrechos, los productores trasladan parte de esa carga al consumidor, lo que explica por qué la carne de res se encuentra hoy en “precios históricos”, según Juan Ley Zevada, vicepresidente de Comercio Exterior de AMEG y presidente de Mexican Beef.
Consumo al alza: mexicanos con más ingresos compran más carne
Paradójicamente, otra pieza de esta tormenta perfecta es el mayor poder adquisitivo de la población. El aumento al salario mínimo y los programas de apoyo social han permitido que más familias incrementen su consumo de proteína animal.
Con más demanda y menos oferta, el mercado hace lo que dicta la ley económica: eleva los precios hasta encontrar nuevos equilibrios.
¿Y el gusano barrenador? Un factor marginal en el incremento
Contrario a lo que se ha creído, Juan Ley Zevada aclaró que el actual incremento poco tiene que ver con la reciente alerta por la presencia del gusano barrenador. Si bien es un riesgo sanitario, su papel en el aumento del precio de la carne es mínimo frente al efecto de la sequía, escasez de forraje y mayor consumo.
El reto para los consumidores y la industria
Hoy la carne de res se cotiza a niveles inéditos. Frente a este panorama, los productores llaman a comprender el origen estructural del problema: no hay especulación, sino un contexto adverso en materia climática y de insumos.
Para los consumidores, el reto será ajustar sus hábitos de compra o buscar alternativas más económicas como el pollo o el cerdo, a la espera de que las lluvias y mejores condiciones agrícolas alivien la presión sobre el mercado.