PIB mundial: OCDE advierte freno por desaceleración del comercio

PIB mundial: La OCDE prevé un freno al crecimiento por la desaceleración del comercio y presión inflacionaria. Así afectará a México, América Latina y las potencias globales.

PIB mundial: OCDE advierte freno por desaceleración del comercio
PIB mundial: OCDE advierte freno por desaceleración del comercio

El PIB mundial enfrentará un periodo de crecimiento limitado durante los próximos años, según la más reciente actualización de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

El organismo advirtió que la desaceleración del comercio internacional, combinada con un entorno inflacionario aún cambiante, reducirá el dinamismo económico global entre 2025 y 2027. Este escenario representa uno de los mayores desafíos para las economías avanzadas y emergentes, incluidas potencias como Estados Unidos, China y la zona euro, así como para los países latinoamericanos.

Las nuevas proyecciones señalan que el PIB mundial crecerá 3.2% en 2025 y 2.9% en 2026, manteniéndose en línea con el pronóstico previo. La OCDE prevé una ligera recuperación para 2027, cuando la expansión podría llegar a 3.1%, aunque seguirá por debajo del 3.3% registrado en 2024.

El organismo subraya que esta tendencia es resultado directo de la moderación del consumo, la caída de la inversión y un comercio internacional afectado por políticas arancelarias más estrictas.

La entidad alertó que el escenario global continúa expuesto a numerosos riesgos, desde las tensiones geopolíticas hasta los cambios en las políticas monetarias. A pesar de ello, el reporte sostiene que sectores como la inteligencia artificial, la transición energética y la reorganización de cadenas de suministro han funcionado como amortiguadores que han evitado una caída más profunda del PIB mundial.

Impacto de la desaceleración del comercio en el PIB mundial

La OCDE explicó que el aumento de aranceles y barreras comerciales entre países clave ha elevado gradualmente los costos de productos importados. Esto genera un efecto dominó que afecta a consumidores, empresas e industrias dependientes de la importación de insumos. Con productos más costosos, el consumo se desacelera y la inversión empresarial se vuelve más cautelosa, lo cual presiona directamente al PIB mundial.

El organismo recalcó que estos efectos no se sentirán de forma repentina, sino progresiva, lo que podría generar un impacto acumulado más fuerte en 2026. La incertidumbre sobre el rumbo de la economía global también ha influido en la toma de decisiones empresariales, frenando proyectos de expansión y contrataciones.

A este panorama se suma la persistente volatilidad en los mercados laborales, donde algunos países han mostrado señales de debilitamiento en sectores estratégicos. El informe advierte que, si estas tendencias convergen, el PIB mundial podría enfrentar una desaceleración más prolongada de lo esperado.

Perspectivas para potencias globales y economías emergentes

En Estados Unidos, la OCDE revisó al alza las proyecciones del PIB, estimando crecimientos de 2.0% en 2025 y 1.7% en 2026. La inversión en tecnología y automatización ha sido fundamental para este impulso, aunque la organización prevé una desaceleración temporal debido al impacto de las tarifas sobre importaciones y a la caída en la inmigración neta. Aun así, el país podría recuperar parte de su dinamismo hacia 2027, cuando se proyecta un avance de 1.9%.

En la zona euro, el informe muestra una recuperación ligeramente mejor de la esperada. Los países europeos podrían lograr avances de 1.3% en 2025 y 1.2% en 2026, apoyados por políticas monetarias más flexibles y una reducción gradual de la inflación. Sin embargo, el reto será mantener la competitividad en un entorno global donde los costos energéticos y logísticos aún representan un desafío importante.

China, por otro lado, mantendrá un crecimiento del 5.0% en 2025, pero empezará a perder fuerza en los años posteriores. La OCDE estima que el gigante asiático crecerá 4.4% en 2026 y 4.3% en 2027, impulsado por políticas internas que buscan estabilizar su mercado inmobiliario y fortalecer el consumo local. Aun así, estos ritmos son inferiores a los promedios de años anteriores, lo que podría influir negativamente en el PIB mundial, dado su peso en la economía global.

En América Latina, el informe refleja un panorama mixto, con países como Brasil mostrando un freno temporal antes de recuperarse en 2027. Sin embargo, uno de los casos más relevantes es México, donde la OCDE prevé una recuperación lenta. El país crecerá 0.7% en 2025, 1.2% en 2026 y 1.7% en 2027. Entre los factores que influyen se encuentran la moderación del consumo interno, la dependencia del comercio exterior y la ralentización en la demanda manufacturera global. El desempeño de México será clave para el comportamiento regional, pero también será un reflejo directo de la desaceleración del PIB mundial.

La OCDE insistió en que los bancos centrales deben mantener una postura prudente, bajando las tasas de referencia solo cuando la inflación esté estabilizada. También subrayó la importancia de que los gobiernos refuercen políticas públicas que incentiven la inversión, la innovación y la productividad para mitigar el impacto sobre el PIB mundial.

En conclusión, el organismo internacional prevé que los próximos años estén marcados por un crecimiento limitado, presionado principalmente por un comercio internacional debilitado y una inversión que avanza con cautela. Aun así, existen sectores estratégicos que podrían impulsar una recuperación gradual, siempre que se mantenga la estabilidad en los mercados financieros y el compromiso de los países con la cooperación económica global. El PIB mundial seguirá siendo un indicador clave para entender cómo las naciones logran adaptarse a un entorno cada vez más complejo y competitivo.

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