Un regreso al proteccionismo de otro siglo
La historia parece repetirse. Según cálculos de la Organización Mundial de Comercio (OMC) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), los aranceles promedio de Estados Unidos alcanzaron el 20.1%, una cifra que no se veía desde principios de la década de 1910.
La medida, que entró en vigor el pasado jueves, afecta a decenas de países y marca un viraje radical respecto a la apertura comercial de décadas anteriores.
Del 2.4% al 20.1%: un salto en tiempo récord
Cuando Donald Trump asumió la presidencia el 20 de enero, la tasa arancelaria promedio era de apenas 2.4%. En cuestión de meses, las decisiones de la Casa Blanca —incluyendo aranceles recíprocos y escaladas con socios estratégicos como China— llevaron este promedio a picos históricos.
En mayo, la tasa llegó a un máximo de 24.8%, un nivel no visto desde 1904, antes de estabilizarse ligeramente.
El papel de la OMC y el FMI en el cálculo
La cifra actual no es un simple promedio: se trata de una tasa teórica que aplica las tarifas anunciadas por producto a los volúmenes comerciales de 2024, ajustando el impacto real sobre las importaciones.
El cálculo también considera los acuerdos recientes de Estados Unidos con la Unión Europea, Japón, Corea del Sur y otros países. Aunque estos pactos moderaron algunas subidas, el resultado sigue siendo mucho más alto que la tasa base del 10% que Washington aplicaba como referencia.
Socios comerciales en la mira
No todos los países han sentido el impacto de la misma manera. Canadá y Brasil, por ejemplo, fueron objeto de nuevos incrementos en derechos aduaneros, mientras que China continúa siendo el principal adversario en esta guerra comercial.
Estos movimientos no solo afectan el costo de productos importados, sino que alteran cadenas de suministro globales construidas durante décadas.
Historia que se repite: lecciones del siglo XX
En la década de 1930, en plena Gran Depresión, la tasa arancelaria de Estados Unidos rondó el 20%, contribuyendo a una contracción del comercio global. El paralelismo histórico no pasa desapercibido: economistas y analistas advierten que un proteccionismo prolongado podría desacelerar la economía mundial y generar tensiones diplomáticas de largo alcance.
Consecuencias para el comercio global
El incremento de los aranceles genera incertidumbre en mercados financieros, afecta decisiones de inversión y obliga a empresas a replantear su logística. La interdependencia económica actual significa que las repercusiones no se limitarán a Estados Unidos, sino que se sentirán en todas las economías vinculadas.
