
Canelo Álvarez fuera del ring: el combate más difícil de su carrera
En el boxeo, como en la vida, las derrotas dejan cicatrices. Para Saúl “Canelo” Álvarez, no solo fue la caída ante Terence Crawford, sino el golpe invisible de una lesión que venía gestándose en silencio. Una cirugía en el codo lo aleja del cuadrilátero y lo enfrenta a un desafío que va más allá de lo deportivo: recuperar su cuerpo, su forma y, quizá, su legado.
El entorno del promotor saudí Turki Alalshikh confirmó que el mexicano no podrá cumplir con la fecha pactada para febrero de 2026. Ahora, el regreso está previsto entre abril y septiembre del mismo año, dependiendo del avance en su rehabilitación. Pero en el mundo del boxeo, donde el tiempo es oro y los rivales no esperan, ese margen de meses puede cambiar el panorama por completo.
Una lesión que arrastra años de impacto
Aunque no se han revelado detalles clínicos, especialistas consultados en torno al caso coinciden en que el daño en el codo de Álvarez es producto de un desgaste acumulado. Cartílago, ligamentos o espolones óseos son algunos de los posibles focos de intervención. Pero más allá del diagnóstico exacto, lo cierto es que el dolor ya limitaba su rendimiento.
No es la primera vez que Canelo lidia con molestias físicas, pero esta vez no pudo postergarlo más. El boxeador ha llegado a un punto en el que su cuerpo exige atención urgente, antes que cualquier otro cinturón.
Cirugía y rehabilitación: una pausa obligada en su carrera
Con la operación programada, Canelo entrará en un periodo de baja tanto deportiva como mediática. No habrá campamentos de entrenamiento, ni ruedas de prensa, ni giras promocionales. El silencio acompañará su proceso de sanación, en contraste con la algarabía que suele rodear a sus combates.
El impacto inmediato de esta pausa también será visible en su agenda de negocios, su presencia en medios y su papel como figura pública. El ídolo tapatío se retira temporalmente del foco, y eso genera una sensación de vacío en el ecosistema del boxeo.
Terence Crawford: el rival que dejó más que un resultado
La pelea ante Terence Crawford no solo significó la tercera derrota en la carrera de Canelo. También fue un punto de inflexión. La velocidad, precisión y estrategia de Crawford dejaron expuesta una versión más humana de Álvarez, que no supo cómo frenar la embestida del estadounidense.
El daño físico fue evidente tras los rounds finales. Pero lo que el ojo no vio fue el desgaste interno que el mexicano ya arrastraba desde entrenamientos previos. Esa pelea fue el detonante para encender las alarmas.
¿Qué sigue para Canelo Álvarez?
El regreso al ring, si se concreta entre abril y septiembre de 2026, será observado con lupa. Ya no solo por sus fans, sino por críticos, promotores y nuevas promesas del boxeo que ven en su ausencia una oportunidad para ganar terreno.
¿Volverá con la misma potencia? ¿Tendrá la movilidad necesaria para enfrentarse a rivales más jóvenes y veloces? ¿Podrá reinventarse a los 36 años y mantener su estatus de ícono del boxeo mexicano?
El camino no será fácil. Pero si algo ha demostrado Canelo en su carrera, es su capacidad para adaptarse, evolucionar y levantarse.
Una pausa que reconfigura al boxeo mundial
Con la salida temporal de Álvarez, se reordena el mapa del boxeo en las categorías donde solía dominar. Promotores buscarán nuevos protagonistas. Las carteleras cambiarán. Y las narrativas alrededor del futuro del boxeo mexicano tomarán nuevos rumbos.
Canelo deja un hueco, pero también una lección: el cuerpo tiene un límite, incluso para los más grandes.